Un campo nuevo que se llama 'viejo'
El Sevilla B ya no juega en el Pizjuán. El Zaragoza se estrenará en el Viejo Nervión, uno de los campos de la Ciudad Deportiva sevillista remodelado con una tribuna principal.
"¿Qué hay de nuevo, viejo?", preguntaba siempre Bugs Bunny, el conejo de la suerte, a sus interlocutores en cada capítulo de la genial serie de dibujos animados de la Warner Bros con la que crecieron millones de españoles en décadas pasadas. Un juego de antítesis, de oxímoron, que responde ahora a la perfección a la figura del nuevo estadio que estrenó en agosto el Sevilla Atlético, el filial del Sevilla FC, que milita en Segunda División y será el rival del Real Zaragoza este sábado. Porque su nuevo estadio se llama 'Viejo Nervión'. Un nuevo viejo.
El juego de palabras deriva del homenaje que el Sevilla FC ha querido hacer al que fue el primer estadio relevante de su historia, el campo de Nervión, antecesor del actual Sánchez Pizjuán, que fue inaugurado con otro formato más pequeño y arcaico en 1958. Aquel Nervión, que se llamaba así porque los estadios sevillistas siempre han estado enclavados en el popular barrio de ese nombre (en tiempos, en lo que era la carretera de Alcalá), ocupaba los terrenos anexos al Pizjuán, justo lo que hoy es un moderno centro comercial pegado a la avenida Luis de Morales, casi enfrente del Hotel Meliá Los Lebreros.
El club sevillista decidió durante la temporada pasada incorporar a su patrimonio un nuevo campo homologado para jugar en la Liga de Fútbol Profesional (LFP). De este modo, podría evitar que el filial de Segunda, el Sevilla Atlético, ocupara el Sánchez Pizjuán, que así queda reservado únicamente para el primer equipo. El filial, desde agosto, ya no juega en el gran estadio nervionense. El Sevilla ha hecho de uno de sus campos de entrenamiento en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios un pequeño estadio con capacidad para 5.500 personas que la LFP aprueba para jugar partidos de Segunda.
La remodelación consistió, básicamente, en construir una tribuna principal cubierta, bajo la que se hallan todos los servicios de primer nivel exigidos por la normativa vigente (vestuarios, sala de prensa, sala antidopaje, palco), que dan porte y aforo al principal campo de césped natural donde, con anterioridad, ya jugaba el Sevilla B cuando militaba en Segunda B o Tercera. El resto, prácticamente no se ha tocado, simplemente se ha adecentado. Hay una contratribuna de pocas filas y descubierta enfrente, otro paño de graderío tras la portería de la izquierda (según el tiro de cámara de la preferente), mientras que en la parte de la derecha no se alberga público. Tras esa portería hay un vallado metálico cubierto con una enorme lona rojiblanca.
La nueva instalación del 'Viejo Nervión' queda ubicada, por lo tanto, a las afueras de la ciudad, en la carretera de Utrera. Ahí solo se puede ir en coche, como sucede con la mayor parte de las 'ciudades deportivas' de los equipos de España. Por ello, aquellos aforos de 9.000 o 10.000 espectadores que el año pasado congregó el Sevilla Atlético en el céntrico Sánchez Pizjuán, este año no van a darse jamás. Primero, obviamente, porque el nuevo campo no dispone de tantas butacas. Pero, también, porque muchos de los que iban andando por cercanía y comodidad ahora se lo piensan dos veces o, simplemente, no tienen opción de desplazarse a tal distancia para ver al B del Sevilla.
Este es el escenario donde el Real Zaragoza va a jugarse 3 puntos importantes en su caminar por la Segunda División en este curso 2017-18. Una nueva experiencia. Un paseo por una Ciudad Deportiva con algo tan crucial en juego. Cosas de vivir fuera de la élite.
