Cuarenta y ocho horas antes de iniciar la temporada, el Real Zaragoza ha realizado la tradicional ofrenda a la Virgen del Pilar. La plantilla, el cuerpo técnico y los miembros del Consejo de Administración han visitado sobre las 12.30 la basílica de Nuestra Señora del Pilar, donde los capitanes, Alberto Zapater y Javi Ros, han ofrecido un centro de flores a la Madre de la Hispanidad. La expedición zaragocista fue recibida a las puertas del templo por Juan Antonio Gracia, canónigo emérito del Pilar y capellán del Real Zaragoza.

La Virgen lucía el manto del Real Zaragoza. Christian Lapetra, presidente del club, puso palabras a la ofrenda. “Un año más, venimos a depositar a tus pies un manojo de flores en vísperas del inicio de una nueva temporada deportiva. Con este sencillo y entrañable gesto, cumplimos ciertamente con una hermosa tradición, pero, sobre todo, satisfacemos una necesidad”, señaló Lapetra, que cerró sus palabras con un deseo: “Bendícenos, protégenos, ayúdanos para merecer, por nuestro genereso esfuerzo y leal comportamiento, volver jubilosos al terminar la temporada a decirte gracias, Virgen del Pilar, Madre y Señora Nuestra”.

Video:El Zaragoza cumple con la ofrenda a la Virgen del Pilar

Juan Antonio Gracia, que tantos y tantos trofeos ganados por el Real Zaragoza ha ofrecido a la Virgen, se mostró especialmente sensible con la entidad que representa el amor por el fútbol de la inmensa mayoría de los aragoneses. “Estamos en un momento muy importante del club. La ciudad la construyen los hombres. Todos somos Zaragoza, todos somos zaragocistas. Todos tenemos que contribuir a que se cumpla la petición final y volvamos a final de año a dar gracias a la Virgen. No olvidéis que el Real Zaragoza es un pedazo patrimonial de Aragón, un club con una historia preciosa. Sed dignos de la historia que lleváis en vuestras botas. Vamos a cumplir en el campo. Vamos a dejarnos la piel para que aparezca el alma. Haz que volvamos a vernos a final de la temporada para darte gracias”, concluyó Juan Antonio Gracia.

Una vez abandonado el templo, la expedición zaragocista fue recibida en el Ayuntamiento de Zaragoza por Alberto Cubero, alcalde accidental de la ciudad. También acudieron a la recepción Pablo consejero de Deportes; Carlos Pérez Anadón, portavoz del PSOE; y Roberto Fernández, consejero del PSOE y exconcejal de Deportes. El acto se cerró con un vino español.