Bruno Perone, central brasileño del Gimnástic de Tarragona, no jugará definitivamente en el Real Zaragoza pese a que, a principio de semana, todo estuvo dispuesto para ejecutar su pase.

Perone, de 30 años, había dado el sí a la dirección deportiva zaragocista que encabeza Lalo Arantegui hace poco más de 48 horas. Quería formar parte de la plantilla aragonesa del curso que viene. Y, para ello, a través de sus agentes, puso en marcha el mecanismo necesario para rescindir un contrato con el Nástic que se había prorrogado automáticamente por una cláusula en el discurrir de la segunda vuelta de la pasada liga, la única que ha militado en el cuadro tarraconense, al que llegó en el pasado mercado de invierno para intentar salvar del descenso a Segunda B a los granas, logro en el que participó durante 19 partidos, anotando dos goles.

Del optimismo del inicio de la operación se pasó de cuajo a un atasco con muy mala solución en la jornada del jueves. El jugador estaba dispuesto a abonar de su bolsillo la cláusula de rescisión contractual con el Nástic y presentó un plan de pagos a los dirigentes catalanes. Pero estos, finalmente, no aceptaron ése método propuesto por la parte del futbolista y no contemplaron ningún tipo de plazos diferidos.

Fue un requiebro de última hora, inesperado, que dio al traste con este fichaje en la tarde de ayer viernes. Lalo Arantegui, el director deportivo del Real Zaragoza, tiene como pauta innegociable de funcionamiento no alargar artificialmente las negociaciones que se enquistan, que pretenden engordar cifras o derivar a cuestiones diferentes a las habladas en el inicio de los tratos.

Y, como también conocen todos los clubes con los que el Real Zaragoza aborda posibles fichajes este verano, la SAD aragonesa no va a pagar un solo euro en concepto de traspaso por ningún futbolista. En el caso de Perone, esa fue, a última hora, una posible salida al atolladero: que el club zaragozano abonase una parte de esa cláusula por la que el brasileño –con pasaporte italiano– quedaría liberado del Nástic y en condiciones de comprometerse con el Real Zaragoza. No será así bajo ningún concepto.

Por lo tanto, este potente central de 1,91 de estatura es ya fugaz historia en la habitual serie de conversaciones para reconstruir la plantilla zaragocista a lo largo de este verano.

Mikel González debe decidir ya

El veterano central donostiarra Mikel González, que acaba de dejar su club de toda la vida, la Real Sociedad de San Sebastián, hace 15 días después de 12 temporadas, es el siguiente paso dado por el Real Zaragoza para cerrar la posición de central en la plantilla de Natxo González, junto a Jesús Valentín, Grippo y el joven Zalaya. El jugador vasco, de 31 años, ya conoce el interés firme de Lalo Arantegui. Pero el club zaragocista no demorará demasiado su estado de espera. Según las pautas de la dirección deportiva, la respuesta deberá llegar con concreción en un tiempo breve.

Mikel González, después de concluir su largo y exitoso periplo en la Real –club del que fue capitán varias temporadas–, aguarda la oportunidad de encontrar un hueco en algún club de Primera División o una oferta económica seductora en el extranjero. Si su espera tiende a alargarse, el Real Zaragoza abrirá enseguida nuevos caminos.