Raúl Agné ha perdido a su principal valedor dentro de la estructura ejecutiva y directiva del Real Zaragoza: Narciso Juliá. Sin la figura del director deportivo -ni la del secretario técnico, Albert Valentín-, el entrenador de Mequinenza queda en una debilitada situación de cara al futuro inmediato si los resultados no acompañan al equipo. Esto es así por el cúmulo de circunstancias que han ido sucediéndose en las últimas cuatro semanas alrededor de la figura del técnico.

Agné esquivó su destitución con la victoria del pasado sábado en Huesca por 2-3. De no haber llegado ésta, con cinco jornadas consecutivas de caída libre en la tabla clasificatoria por parte del equipo zaragocista y el enorme disgusto que se había instalado en torno a la marcha del grupo en muchos sectores del zaragocismo, el técnico de Mequinenza estaba abocado a una destitución inminente. Al regreso de Murcia, 15 días atrás, y también una semana después, tras empatar 1-1 ante el Lugo en La Romareda, Juliá ya tuvo que salir en firme defensa de la continuidad de Agné cuando dentro de la entidad se barajó la posibilidad de un segundo cambio de entrenador esta temporada (Agné ya vino en octubre a sustituir al que inició el curso, Luis Milla).

Huesca hizo de calmante puntual, de bálsamo coyuntural. Mucho más cuando, por cuestiones de calendario, las horas posteriores al feliz triunfo en El Alcoraz iban a girar alrededor de dos cuestiones mayores: el fichaje de Samaras y la desvinculación del club de Juliá y Valentín, de los jefes del área deportiva.

Ahora, la figura de Raúl Agné emerge solitaria en el día a día del Real Zaragoza. El preparador aragonés está obligado a dar continuidad a la victoria en campo oscense con más victorias y puntos en los próximos partidos (Levante, Alcorcón, Nástic, Numancia...) para, poco a poco, ir reconstruyendo sus créditos dentro de la SAD, tan deteriorados durante el negro mes de enero, tanto por los resultados, como por otros elementos accesorios. Si no es así, su posición será mucho más débil que hasta ahora por el crucial hecho de que ya no está Juliá para sustentarlo contra viento y marea.

Christian Lapetra, en la rueda de prensa donde hizo pública la marcha del director deportivo del Real Zaragoza, tuvo que responder a esta cuestión de enorme peso específico en el futuro más inmediato del vestuario blanquillo. Y así abordó el larvado problema: "Agné tiene toda la confianza del Consejo de Administración para seguir en su puesto y yo creo que no tiene que ser de otra manera. Ya sabemos que los entrenadores están sujetos a sus resultados deportivos. Y eso marcará el futuro. Pero, nosotros, hoy por hoy, no tenemos planteado prescindir de Raúl Agné", dijo.

También se le pidió un parecer al presidente respecto de cómo esperaban los directivos que asimilase en equipo la ruptura en el área deportiva de la entidad con el adiós de Juliá y Valentín, que fueron los mentores en verano de muchos de los actuales componentes del vestuario del  Real Zaragoza. “Creo que los jugadores se van a abstraer. Seguro. Creo que son una piña, un buen vestuario. Y, por nuestra parte, van a tener la transmisión de tranquilidad para que ellos se centren en lo que tienen que centrarse”, concluyó Lapetra.