El Día de la Marmota acontece en Tenerife en este 13 de enero. Xabi Irureta, el portero titular del Real Zaragoza, está de nuevo enfermo, tal y como ya le sucedió en la previa de la pasada jornada ante el Girona. Esta vez no es gastroenteritis, sino un proceso febril compatible con un virus griposo o similar.

El guardameta vasco ha bajado del avión en el aeropuerto de Los Rodeos a media tarde con malestar evidente. Cuando el equipo se ha dirigido directamente a la Ciudad Deportiva Javier Pérez del CD Tenerife, donde Raúl Agné ha dirigido el último entrenamiento de la semana, ha intentado trabajar con el resto del grupo pero apenas ha aguantado 20 minutos sobre el césped. Viendo que le era imposible rendir en condiciones óptimas, los médicos y técnicos zaragocistas lo han enviado a la ducha.

Así, se repite la situación de hace siete días: Irureta es duda más que seria para jugar este sábado a las 19, hora local (las 20.00 en la Península) en el estadio del Tenerife, la última cita de la primera vuelta que ha traído al Real Zaragoza hasta la isla canaria. Y, por supuesto, Agné se ha visto obligado a citar al portero del filial, Aitor Chueca, que volará hasta Santa Cruz desde Zaragoza en la mañana del mismo sábado, acompañando a los directivos de la SAD que tienen programado el desplazamiento en ese marco horario. Automáticamente, Ratón, el segundo portero de la primera plantilla, vuelve a opositar con fuerza a la titularidad ante los tinerfeños.

En las horas previas al partido anterior frente al Girona, el pasado sábado en La Romareda, Irureta sufrió una virulenta gastroenteritis que necesitó de tratamiento de choque con antieméticos y de la administración de una vía de suero a lo largo de varias horas en el Hospital Quirón. Pese a ello, Agné decidió alinearlo como titular ante los gerundenses, circunstancia que terminó por generar una polémica general, ayudada por el error del portero vizcaíno en el primer tanto de los catalanes que abrió la derrota por 0-2 del Real Zaragoza.

Ahora, en esta situación similar, hay que esperar el devenir de las próximas horas para saber qué decide el entrenador de Mequinenza en virtud de cómo evolucione Irureta. Obviamente, dado el reciente antecedente, apostar por su descarte y por la alineación de Ratón resulta temerario aunque la lógica lleve a ese razonamiento por sentido común.