Javi Ros, otro estandarte de peso dentro del vestuario

El navarro, uno de los pocos indultados por la afición tras la catástrofe de Palamós, ha elegido seguir en Zaragoza: "Tengo una deuda con la gente".

Javi Ros, atento a un ejercicio, por delante del entrenador, Luis Milla, con un gesto similar.
Javi Ros, otro estandarte de peso dentro del vestuario
Oliver Duch

Javi Ros, el único futbolista que ha renovado su contrato de cuantos concluían el compromiso con el Real Zaragoza el pasado 30 de junio, ha abierto la ronda de ruedas de prensa del verano entre los componentes de la plantilla. Y el navarro ha querido dejar patente su implicación y la voluntad personal que le ha llevado a continuar por más tiempo en el club zaragocista. "Tenía claro que quería quedarme. Era mi prioridad. Y gracias a Dios llegamos a un acuerdo. Personalmente, estoy muy contento de seguir aquí", subraya el centrocampista de Tudela.


Ros ha restado importancia al interés que, en mitad de las negociaciones con el Real Zaragoza, surgió desde la dirección deportiva del Osasuna, recién ascendido a Primera. Algo que, durante algunos días, llegó a hacer dudar al cuadro aragonés sobre la renovación del jugador ribereño con la entidad blanquilla. "Sí que supe de aquellos rumores y leí algunas cosas, pero insisto en que yo quería seguir en el Zaragoza, así lo manifesté desde que acabó la temporada y mi representante lo sabía. Así que, en cuanto el Real Zaragoza nos envío la propuesta de renovación, no lo dudé. Fue sencillo llegar a un acuerdo", puntualiza para dejar en segundo plano el interés puntual del club pamplonés que se dio en su día.


Javi Ros ha sido uno de los pocos indultados moralmente por la afición zaragocista tras la catástrofe de Palamós en el último partido de liga, con aquel 6-2 ante el descendido Llagostera que impidió pelear por el ascenso a Primera. Él fue el primero en dar la cara al término de aquella vergonzosa actuación del equipo, con el rostro descompuesto, un detalle que no cayó en saco roto. Ahora, el tudelano se autoimpone una tarea personal respecto de aquel último episodio que tardará mucho tiempo en cauterizar. "Yo me siento en deuda con la afición. Lo de Palamós fue duro. Un palo muy duro. Superar aquello no fue cuestión de uno o dos días. Asimilarlo es algo complicado. Pero hay que intentar dejarlo de lado a partir de ahora porque empieza una temporada nueva. Y debemos intentar estar arriba desde el principio", afirma el '10' blanquillo.


El medio volante navarro es feliz en Zaragoza pese al agrio paladar del final de la campaña pasada. Y ese factor ha sido clave para su continuidad en un equipo que, por fuerza, va a sufrir una metamorfosis sobresaliente. "Yo me siento muy querido aquí. Durante los cinco meses que he estado jugando aquí he sentido siempre el apoyo de la gente, al margen de lo que sucedió al final en Palamós. Sentir ese cariño es, para mí, muy importante. Ahora, con mi trabajo, mi sacrificio y la ilusión que tengo, espero que todo siga siendo así. Para los futbolistas es muy importante que la afición esté de nuestro lado", reconoce Ros respecto de sus vínculos afectivos con el zaragocismo.


Por último, el navarro no ha evitado aludir al clásico objetivo del Real Zaragoza en los últimos años en Segunda División: el ascenso obligado a Primera dentro de 11 meses. "El ascenso, sin duda, es una de las motivaciones personales que yo tengo. El Zaragoza no puede pensar en otra cosa que no sea ascender, por supuesto. Pelearemos por estar arriba, seguro", asume sin rodeos.

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