Horas extras para Hinestroza

El colombiano recibió lecciones de cómo mejorar su golpeo y su remate a puerta.

Hinestroza, ayer en la Ciudad Deportiva.
Hinestroza, ayer en la Ciudad Deportiva.
oliver duch

No todos los jugadores del Real Zaragoza concluyeron ayer el entrenamiento sobre el césped de La Romareda a la misma hora. A Freddy Hinestroza le tocó tarea extra, al menos 20 minutos más. ¿El objetivo? Mejorar su relación con la portería rival. Es común en la metodología de Ranko Popovic que su ayudante, Vlado Grujic, dedique un tiempo adicional en ciertos entrenamientos a los futbolistas con poca sintonía con el remate o el gol. Ya sucedió la pasada temporada con Borja Bastón, cuando no era raro verlo en sus periodos más desatinados disparar a portería sin oposición con un objetivo: la visualización, que se estableciera un lazo psicológico entre el rematador y la suerte del gol, a fuerza de la repetición y la conversión de ese lance en algo rutinario y más sencillo.


Ayer, Vlado Grujic –ex delantero– impartió una de esas lecciones a Hinestroza, cuya aportación en este ámbito desde que arrancó la temporada ha sido ínfima: solo ha disparado ocho veces, únicamente tres a puerta. Demasiado poco para el rol táctico que ocupa en el sistema de Popovic, donde los extremos deben aportar más presencia ofensiva. Aunque Hinestroza se definió como un goleador en su presentación, lo cierto es que sus números están lejos de ello.


Su problema principal es el golpeo. Ayer, Grujic le insistió en cómo debía poner el pie en el balón en diferentes acciones de remate. Parecían nociones básicas, propias más de las categorías inferiores que del fútbol profesional. Recordaban un tanto a las lecciones extras que Javier Aguirre le impartía a Marco Pérez, también a puerta vacía, para que se familiarizara, por repetición con el acto del remate.


Hinestroza recibió una clase parecida ayer. Muchos disparos lejanos con su zurda, sin portero, para ganar conexión con la meta rival. Fueron 20 minutos en los que al colombiano se le apreció, en varios momentos, enfadado con sus tiros.


Grujic incluso le instaló una ‘diana’ en forma de maniquí hinchable: Hinestroza debía intentar rematar en él. El colombiano se esforzó en conseguirlo.

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