Ranko Popovic habló con convicción y seguridad de que su equipo levantará el vuelo. Con la mirada fijada en el partido del domingo contra el Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López, el técnico serbio apoya sus argumentos en aquello que ha alimentado en las últimas semanas las explicaciones sobre el pobre nivel de juego y resultados del Real Zaragoza: las bajas. En este caso, mejor dicho, a la inversa: las altas. Popovic ya solo cuenta con dos ausencias después de mes y medio de un goteo de lesiones y sanciones. Eldin y Álamo, además de Bono, a quien se ha preferido darle una semana más, son las únicas bajas. Son tres, tres titulares, pero nada peor que lo sufrido recientemente. «En todos los equipos hay gente que con otros futbolistas en el campo se siente mejor. Pasa en todos los equipos del mundo. Hay jugadores más importantes que otros en todos los clubes. Si cogemos el último partido nuestro, vemos que nos faltaron Bono, Lolo, Vallejo, Insa, Eldin, Álamo y Borja Bastón. Dime cuántos no hubieran sido titulares. ¿Siete? Esta es la pura verdad. Si hubiera habido aquí otro entrenador o en otros clubes, a ver si iban a notar o no esas bajas. En todo caso, lo importante es lo que tengo. Y todos se están esforzando. No veo a nadie que no quiera», apuntó Popovic.

El objetivo es romper la irregular dinámica del equipo, sobre todo en juego, de las últimas semanas. «No llevamos la racha que queremos, pero, poco a poco, cuando estemos todos, mejoraremos. Iremos a más conforme regrese la gente. Si estamos todos, no es necesario mirar al rival. Es importante tener en el banquillo gente que nos permita mantener el nivel de juego. Todo esto lo vamos a notar en los resultado», detalló.

Para Popovic, la actual situación del equipo va a permitir que la plantilla llegue al momento clave de la temporada al completo y en punto de forma mejor que el de las últimas semanas, dando a entender que es una cuestión, en parte, también planificada. «Cuando recuperas a la gente, por naturaleza, la competencia interna sube. Es algo fundamental que el equipo sea algo vivo, donde todos quieran jugar y existan varias opciones. Eso, sinceramente, se nota después en el campo. Espero tener un bloque fuerte para llegar al momento importante con todos en un estado óptimo», señaló.

Popovic valoró una cuestión: si la situación del equipo es interpretada como más grave de lo que realmente es, si lo es. «Somos conscientes de qué tenemos, qué podemos hacer y qué hacemos. Ya sabemos nuestros problemas. Son muy evidentes y no hace falta repetirlos. Podéis recoger mis palabras de siempre sobre el significado de entrenar con todos disponibles. Cuando tuvimos oportunidad, eso se reflejó en los resultados. Pero no quiero darle más vueltas», destacó. Popovic continuó, no obstante: «Estamos en un club exigente, con un gran nombre y una enorme historia. Esa historia ahora pesa a los chavales. Si ahora empezamos a ganar partidos, en dos semanas se querrá que estemos en Champions. Es buena la exigencia porque es bueno que alguien quiera algo de ti. Significa que cree en tus posibilidades y nosotros debemos dar la cara. La gente está ilusionada, vio el nivel de juego en nuestras victorias y se esperaba más. Yo lo entiendo, pero también en bueno un poco más de paciencia y ser un poco más realista, de acuerdo a nuestras circunstancias».

Popovic subrayó su convencimiento en que el Zaragoza va a crecer. «Ganar es necesario, pero también recuperar el juego. Vamos a recuperar ese nivel y cortar la racha. Creo que pronto vamos a hablar de una buena racha», deslizó el técnico serbio.

El entrenador, para terminar, dejó claro que no le afecta la presión: «Solo me preocupa hacer bien mi trabajo y sacar a los jugadores lo que tienen. Si eres honrado, la única presión que debes tener es la de hacer tu trabajo bien. Nadie puede presionarme tanto como lo hago yo porque soy muy exigente conmigo mismo. Yo lo aguanto todo».