Víctor Muñoz ya conoce las pautas deportivas del club

El Consejo le traslada cómo será el equipo que ha de dirigir, su perfil y el método de reconstrucción de la plantilla

José Guerra, Fernando Rodrigo, Christian Lapetra (presidente), Carlos Iribarren y Fernando Sainz de Varanda, los cinco consejeros del nuevo Consejo de Administración del Real Zaragoza, ayer tras la primera reunión que tuvo lugar en la sede de la SAD.
Víctor Muñoz ya conoce las pautas deportivas del club
Tino Gil/rz

Víctor Muñoz ya tiene el libreto del Real Zaragoza 2014-15. Desde ayer por la tarde, el entrenador aragonés es sabedor de lo que tiene y va a tener entre manos si desea continuar dirigiendo al equipo zaragocista, circunstancia que dejó en el aire y condicionada en la rueda de prensa que protagonizó el pasado día 14 en la Romareda al regreso de las vacaciones. El nuevo Consejo de Administración de la SAD, en su primera reunión específica tras tomar posesión de la entidad y de sus despachos en la sede blanquilla, citó después de comer a Víctor Muñoz y a su cuerpo de ayudantes, Raúl Longhi y Manuel Lapuente, para explicarles de manera cristalina las líneas maestras del nuevo proyecto del Real Zaragoza. 


Con el consejero responsable del área deportiva, Carlos Iribarren, a la cabeza, Muñoz supo por dónde va a discurrir este complicado plan de trabajo al que obliga el control económico de la Liga de Fútbol Profesional. Una normativa por la que la tutela de la LFP va a derivar, en este segundo año consecutivo en Segunda División, en un notorio recorte de presupuesto –respecto de la campaña anterior– que va a condicionar seriamente la reconstrucción casi total de la plantilla. Se va a pasar de los alrededor de 6 millones que pudo gastar García Pitarch el año pasado a no más de 2,5 millones al haber desaparecido prácticamente el concepto de ayuda al descenso que le correspondía al Real Zaragoza hace 12 meses como club procedente de Primera División.


Víctor ya pudo verificar ayer , in situ y de primera mano, lo que los números y el sentido común vienen anunciando desde el regreso vacacional. Es decir, que hay hasta ocho jugadores, de los 13 de la primera plantilla que han arrancado la atípica pretemporada en condiciones precarias y provisionales, cuyo salario no se sustenta y que deben abandonar el vestuario. Muñoz ya es consciente, en un mensaje directo desde las entrañas de la SAD, que la continuidad de Álvaro, Montañés, Abraham, Barkero, Paglialunga, Víctor Rodríguez, Fernández y Álamo, con los salarios que tienen en vigor, no tienen cabida. Y, por derivación, que la inmensa mayoría de ellos no estarán dentro de un mes aquí salvo imprevisto de última hora.


El técnico zaragozano acudió al entrenamiento vespertino de ayer conociendo que el equipo que dirigirá a partir del 1 de septiembre (aunque la liga empieza el 23 de agosto, el mercado de fichajes aún continuará abierto hasta el 31) va a ser de nuevo cuño en un alto porcentaje de los futbolistas. Y que el perfil de esas piezas responderá básicamente al de jugadores emergentes, procedentes en varios casos de cesiones de los equipos más relevantes del fútbol español, cuyas fichas no deben sobrepasar los 100.000 euros anuales. También algún jugador más veterano, con experiencia en la categoría de plata,  que acepte ese tope salarial. Y, en ningún caso, futbolistas que respondan a caprichos o enconamientos personales de nadie que puedan romper los cimientos económicos o grupales de un vestuario que se ha de construir a la medida, con escalímetro y con criterios societarios en cada uno de sus casos.


El entrenador ya sabe, asimismo, que aguardan cinco semanas de vértigo. Probablemente, de vaciado de vestuario en primera instancia, y de recomposición del equipo contra el reloj a continuación. Es decir, que hasta que se pueda cuajar mínimamente el grupo, aún pasarán unas fechas. Este detalle puede impedir definitivamente el desplazamiento fuera de Zaragoza para llevar a cabo una estadía de pretemporada. Muñoz ya tiene datos que digerir.