Fracaso tras fracaso

El Real Zaragoza sigue con su decadencia tras el descenso y se condena a estar otro año alejado de la élite. En las últimas jornadas luchará por la permanencia en Segunda.

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Fracaso tras fracaso

El Real Zaragoza comenzaba la temporada con el objetivo único e ineludible de regresar a Primera División. La meta se alejó desde el primer momento, con un inicio de Liga decepcionante e irregular, y solo un espejismo en enero hizo creer de nuevo en que este equipo podía aspirar todavía a lograr el ascenso por la vía rápida. Pero volvieron las derrotas y la desilusión, y el Real Zaragoza se ha ido desenganchando, tan poco a poco que casi ni ha dolido, de la posibilidad de acabar en los puestos de promoción. Los de ascenso directo ya estaban descartados desde hacía meses.


No le han faltado oportunidades al club aragonés, que ni con Paco Herrera ni con Víctor Muñoz ha conseguido dar el salto a la zona alta de la tabla. Ni siquiera los múltiples fallos ajenos, que han mantenido viva la opción hasta el último tramo de la competición, han sido suficientes para que los amagos de recuperación hayan acabado en buen puerto.


Ha tenido muchas opciones el Real Zaragoza de volver a subirse al tren de la promoción, pero solo ha encontrado un sitio en el vagón de cola, en el que deberá luchar contra equipos como el Castilla, el Girona, el Mallorca, el Jaén o el Numancia por no acabar en puestos de descenso, de los que se encuentra a solo cuatro puntos a falta de cinco partidos.


El séptimo puesto, el que ahora mismo marca el límite de la zona de 'play off', se encuentra a seis, por lo que sería muy difícil de alcanzar incluso si se diera el muy improbable hecho de que el conjunto de Víctor Muñoz ganara los cinco encuentros que quedan para el final de la campaña. Hasta ahora, la mejor racha de los blanquillos ha sido de tres victorias consecutivas -Girona, Las Palmas y Córdoba-, en noviembre y diciembre, con Paco Herrera en el banquillo. La peor, de nueve partidos sin vencer, todavía duele.


Desde Agapito a la plantilla


Este nueve fracaso se lo apunta, por su puesto, Agapito Iglesias, máximo responsable de la actual situación del Real Zaragoza, desde la institucional a la social, pasando por la deportiva. En esta parcela, el fracaso del proyecto en Segunda se une al descenso consumado la pasada campaña, pero que se olía desde hacía años. También a varias temporadas de sufrimiento continuo y de decadencia perpetua, al anterior descenso, al que el club aragonés se precipitó con una plantilla preparada para jugar en Europa.


Pero el nombre del máximo accionista no está solo en la lista de culpables, y junto al suyo aparecen los de Jesús García Pitarch, director general, y Moisés García León, secretario técnico, encargados de llevar el barco -medio hundido- a buen puerto. Dejando a un lado su gestión económica, ambos han puesto más piedras que puentes en el ya de por sí arduo camino deportivo del Real Zaragoza. Sus conflictos con varios miembros de la plantilla y con el propio Paco Herrera no han facilitado el trayecto de los blanquillos, obligados a mirar casi tanto a los despachos como al balón.


También habría que mirar hacia el vestuario, en el que se han unido una defectuosa confección de la plantilla con unos jugadores que, en muchos casos, no han alcanzado su mejor nivel a lo largo de la temporada. Además, Herrera no logró en casi ningún momento su objetivo de hacer jugar bien al Real Zaragoza, y mucho menos el más importante en la actual situación, el de los resultados. Menos culpa ha tenido Víctor Muñoz, que ya cogió al equipo en una situación crítica y no ha podido reanimar a una plantilla que, tras 37 partidos de Liga y uno de Copa, ha demostrado que tampoco da más de sí.