Agapito Iglesias medita a quién vende por fin las acciones del Real Zaragoza

Bajo la presión de la LFP, que sugiere la continuidad de Pitarch, tiene avanzada la venta al grupo aragonés de Casasnovas y todavía negocia con la oferta mexicana.

Agapito Iglesias, máximo accionista del Real Zaragoza
Agapito Ighlesias medita a quién vende por fin las acciones del Real Zaragoza

Horas decisivas para el Real Zaragoza las que se están viviendo en los últimos dos días. Agapito Iglesias, el máximo accionista desde mayo de 2006, está a punto de vender su paquete accionarial mayoritario (el 90,2 por ciento del total, tras haber regalado una pequeña parte al resto de accionistas hace dos años) o, quizás, la mayor parte de él. Y la solución se espera de manera inminente. Cuestiones logísticas, de plazos dinerarios, de obligaciones millonarias de pagos y del calendario innegociable que marca la normativa del fútbol español obligan a Agapito a acelerar al máximo la compraventa del Real Zaragoza para evitar un colapso que pudiera concluir con un descenso administrativo este próximo verano. Urge no perder más tiempo.


Anoche, Agapito meditaba en soledad qué hacer. Indeciso, como siempre en este espinoso asunto de traspasar la propiedad del club a otro dueño, que otras veces ya pudo ejecutar y que siempre, a última hora, acabó abortando.


Tiene avanzada la operación con el grupo aragonés que está representando el constructor Mariano Casasnovas y en el que, junto a ocho empresarios más de la comunidad autónoma aragonesa, también figura Luis Oliver Albesa, viejo aspirante al timón del Real Zaragoza desde 1989. Ayer, en este flanco, Casasnovas dio nuevos pasos en firme en el terreno económico. Esta iniciativa local asegura poseer ya todos los avales necesarios para respaldar una transacción que supera los 8 millones de euros como precio base, además de otros flecos por perfilar. También han ido recibiendo con el paso de las últimas 24 horas las bendiciones de otros sectores decisivos para dar vía libre al acto de compraventa, tanto del ámbito político como del financiero. A Agapito, la opción le parece una buena salida, pero no es la única que sigue viva, aunque sea la más cuajada.


También continúa abierta la opción del capital mexicano, que traería al Real Zaragoza a un grupo de inversores del país azteca con una fuerte aportación dineraria. Esta es una puerta nunca desechada por Agapito Iglesias. De hecho, en la madrugada del domingo al lunes -debido a la diferencia horaria- también se produjo un notorio avance en lo referente al posible acuerdo económico y de clausulados con los empresarios americanos y con sus representantes en España. Agapito tenía previsto, según confirmaron en la última medianoche desde México fuentes del grupo ofertante, proseguir esta pasada madrugada con un trato que, de prosperar, puede hacer volar de inmediato desde América a un apoderado para rubricar el acuerdo definitivo.


Anoche resultaba curioso observar cómo en ambos grupos pretendientes del Real Zaragoza existía la percepción de que "el acuerdo está ya muy cerca". Lo mismo sienten en el sector de Casasnovas y Oliver que en el de los mexicanos. Eso sí, en el ambiente se percibe cierto favoritismo de Agapito por la opción aragonesa, que cuenta con factores emocionales y de arraigo que, globalmente, todo el mundo asume que pueden acabar decantando la balanza hacia ese lado por encima de la mera cuestión monetaria.


Todo esto está aconteciendo en un envoltorio no pacífico en el medio ambiente que respira Agapito. El constructor soriano actúa bajo la presión de la Liga de Fútbol Profesional, que le trasladó la semana pasada la conveniencia de que reconsiderase la posibilidad de vender sus acciones a Jesús García Pitarch, de quien desoyó una oferta pública hecha por el todavía director general (parece que por muy pocas horas) en una sorprendente rueda de prensa el pasado 6 de marzo. El organismo que rige el fútbol profesional español, que ya recomendó y empujó a Pitarch hace un año para que fuera el eslabón directo de su tutela sobre la el Real Zaragoza, no quiere perder el hilo directo que ha poseído este año sobre la regencia de la SAD. El viejo club aragonés es una de las complicadas situaciones societarias que el Gobierno de la Nación quiere salvar de la liquidación y, por ello, está muy vigilante de la solución que Agapito acabe dando a su salida del accionariado.


Pese a esta sugerencia con tintes bastante imperativos de Javier Tebas, el presidente de la LFP, Agapito tiene descartada la presencia de Pitarch por completo. De hecho, sus días en Zaragoza están contados suceda lo que suceda.