Real Zaragoza

El eterno problema del gol

El conjunto de Herrera tan solo ha marcado un tanto en las dos primeras jornadas y ya ha mostrado carencias para materializar las ocasiones. El técnico solo cuenta con los jóvenes Roger y Ortí como delanteros y espera la llegada de Henríquez.

Primer partido de la temporada en La Romareda
Real Zaragoza - Mirandés_6
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En una categoría en la que los resultados ajustados son la norma, la capacidad goleadora de un equipo supone la diferencia entre ganar o no hacerlo. En definitiva, entre estar en la parte alta de la clasificación o perderse en la zona media de la tabla. Una brecha de tan solo varios puestos que, aunque permisible para la mayoría de clubes que militan en Segunda, sería inaceptable para un Real Zaragoza obligado, por presupuesto, historia y afición, a regresar a Primera en un solo año.


Sin embargo, las dos primeras jornadas de Liga han dejado pocos puntos -dos- y todavía menos goles -uno- en el casillero del conjunto de Paco Herrera, un comienzo dubitativo y decepcionante para un recién descendido que vuelve a poner sobre el césped el eterno problema del acierto de cara a puerta. De la ausencia del mismo, para ser más exactos: en 180 minutos, el Real Zaragoza tan solo ha logrado anotar en una ocasión.


Contra el Hércules, un rival que el año pasado acabó en la parte baja de la clasificación y que pocas horas antes del partido todavía no había inscrito a gran parte de sus jugadores, Roger salió en la segunda parte para marcar el único gol del club aragonés, que supuso el empate definitivo. El sábado pasado, frente al modesto Mirandés y en La Romareda, ni el delantero cedido por el Levante, ni Ortí -entró en su lugar en el tramo final-, ni Montañés, ni Barkero, ni Luis García, ni Víctor Rodríguez, ni ninguno de los supuestos jugadores ofensivos de este inocente Real Zaragoza logró abrir el marcador. Y no fue por falta de ocasiones, ya que los locales contaron con varias -algunas, bastante claras- para lograr la victoria. Hasta Álvaro pudo marcar. Pero al final, nada de nada.


Tras las salidas de Apoño -9 goles en la pasada campaña- y sobre todo, Postiga -13-, el único junto a Gabi que ha alcanzado los dos dígitos durante los últimos años, el club aragonés ha perdido buena parte de su poder ofensivo. Una capacidad goleadora que, por otra parte, tampoco asustaba demasiado a los rivales, pues en la última temporada tan solo hubo un equipo que marcó menos tantos que el Real Zaragoza. El conjunto de Jiménez acabó con 37, los mismos que Celta de Vigo y Granada y cuatro más que Osasuna, el menos afortunado de cara a puerta. Ahora, con los jóvenes Roger Martí y Jorge Ortí como únicos delanteros, Paco Herrera espera la llegada de un tercer delantero que apuntale el ataque zaragocista. Según publica este martes HERALDO DE ARAGÓN, la cesión de Henríquez está a punto de cerrarse, y el punta llegaría a La Romareda cedido por el Manchester United sin opción de compra.


Martí, primer y único goleador


A falta de nombres ilusionantes y con pocas referencias ofensivas, gran parte de las esperanzas del zaragocismo habían recaído sobre Roger Martí, que en la primera jornada envió a la red el primer balón que tocó. El delantero no estuvo tan afortunado este fin de semana, aunque todavía tendrá muchas oportunidades de demostrar su validez. Queda Montañés, claro, que el año pasado marcó cinco goles -el anterior, en Segunda y con el Alcorcón, anotó 16-, pero tampoco llena el vacío de un nueve de referencia.


Barkero sí ha demostrado cierto olfato durante la pretemporada, aunque -a pesar de sus 15 goles con el Numancia en la 2010/11- no es jugador de grandes números. Luis García ya no juega ni marca como aquel del Espanyol y Víctor Rodríguez, notable en el papel de asistente y catalizador del juego de ataque, tampoco brilla de cara a puerta. Ortí, por su parte, debe afianzarse en el primer equipo, pero aún no puede asumir la responsabilidad de liderar el ataque de un equipo que juega con la presión de volver cuanto antes a la élite.


De la pizarra al mercado


Herrera, sin un ariete que marque la diferencia, ha intentado suplir las carencias de este Real Zaragoza jugando con la pizarra. En el primer partido en Segunda, el técnico dibujó un equipo sin un delantero de referencia, apostando por dos extremos y un 'nueve mentiroso', una opción que pierde mucho glamour -y mucha eficacia- cuando éste no lleva la camiseta del Barça o de la selección española.


Finalmente, el catalán tuvo que recurrir a Roger, que entró por Barkero y acabó dando el empate al Real Zaragoza. El tanto le valió para lograr la titularidad frente al Mirandés, pero ni la confianza ni los minutos -jugó casi todo el partido- se convirtieron en goles. Fue sustituido por Ortí, quien tuvo en sus pies la victoria, pero pecó de inocencia pensando que un disparo raso y centrado podría marcar la diferencia en un partido tan ajustado.


Tras solo dos partidos, Herrera se ha reafirmado en su demanda de otro delantero, una de las prioridades para este agonizante mercado veraniego, junto a un central que acompañe a Álvaro en la zaga o que, en caso de que se acabe marchando, le sustituya con garantías. Con el cierre del plazo de fichajes cada vez más cerca -acaba el 2 de septiembre-, el técnico y la afición siguen esperando el nueve que ayude a descongestionar el ataque del Real Zaragoza al que se le está atragantando tanto la necesidad de tomar la iniciativa como la de convertir en goles su teórica superioridad en la Segunda División. Si nada se tuerce, será Henríquez, un delantero joven -tiene 19 años- con un futuro prometedor que necesita minutos para seguir creciendo.