Real Zaragoza

Sin pasillo de seguridad

Las previsibles marchas de Roberto, Apoño y Postiga precisan que el Real Zaragoza renueve su columna vertebral.

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Paco Herrera acepta el reto del ascenso
R. G.

A falta de poco más de un mes para que el balón vuelva a rodar, en el Real Zaragoza está todo por hacer. Desde los despachos hasta el terreno de juego, no existe ninguna área del club que cuente con nombres confirmados. Pese a que la incorporación de Paco Herrera como técnico parece clara, la operación lleva retrasándose varios días debido al tapón que está suponiendo la desvinculación de su antecesor, Manolo Jiménez, del conjunto blanquillo. Resta, además, por cubrir el hueco que deja la marcha de Fernando Molinos. Estas dos vacantes en la zona noble son la prioridad.


Desgraciadamente, el tiempo que se pierda en los despachos ha de repercutir negativamente en la confección de la plantilla que debe acometer el ascenso a Primera División. Una cuestión vital, que no puede repetir los derroteros acostumbrados durante los últimos años. Campañas en la que la pretemporada resultó prácticamente baldía al no configurarse el plantel definitivo hasta una vez comenzada la campaña.


Suponiendo que Herrera sea el técnico, el siguiente paso debe ser otorgarle una columna vertebral adecuada para la categoría de plata. Como le gusta definir a Luis Aragonés, un pasillo de seguridad. Esto es, portero, central, mediocentro y delantero. Las piezas básicas sobre las que construir un equipo de fútbol. Precisamente, las carencias previsibles con las que cuenta el equipo de cara al próximo curso.La salida de Roberto

Así, en la portería, la salida de Roberto parece un secreto a voces. El arquero, héroe habitual del zaragocismo, terminó la última campaña ofreciendo la peor imagen de sus dos etapas defendiendo el escudo del león. Mala racha que, sin embargo, no empaña la trayectoria escrita previamente. Por ello, el de Fuenlabrada mantiene cierto caché en el mercado. Cartel, eso sí, que también se ve representado en su nómina. Debido a lo elevado de su salario, el conjunto zaragocista ve con buenos ojos la salida del meta. Aunque cabe reseñar que, en este caso, no posee capacidad de decisión al tratarse de un futbolista cuya propiedad reside en un fondo de inversión.


En la zaga, la principal carencia se arrastra del curso ya terminado. El Real Zaragoza acusó fuertemente la no disposición de un central de referencia. Rol que, supuestamente, debía desarrollar Loovens, que falló con estrépito en la tarea. En Segunda urge el conformar una defensa de garantías, liderada por un zaguero con jerarquía suficiente para acompañar a jóvenes como Laguardia o Álvaro, si es que el cántabro continua finalmente en las filas blanquillas.Apoño resulta caro

Respecto al centro del campo, otra de las zonas más criticadas durante la última temporada, la duda reside, principalmente, en Apoño. El malagueño, como ocurre con Roberto, posee un sueldo muy elevado para Segunda División. Motivo por el cual es preciso buscarle un reemplazo, que además, a poder ser, esté acostumbrado a la nueva categoría. Una categoría en la que el medio, además de buena trato con la pelota, también requiere de un amplio despliegue para contrarrestar las propuestas físicas que suelen primar en Segunda.


Finalmente, el hombre gol. Seguramente, la pieza más preciada en el mundo del fútbol. Un papel, hasta ahora, desarrollado brillantemente por Hélder Postiga. Así lo indican los fríos números, que con 14 dianas presentan su última temporada como la mejor en materia realizadora de su carrera. Cifras que, además, no reflejan todo el trabajo que aporta el internacional portugués sobre el verde. Por ello, y a pesar del gran apego que ha mostrado por la capital aragonesa, su lugar está lejos de la Liga Adelante. Acertar con su sustituto, sin duda, resulta vital. Un delantero de garantías supone, sin duda, un salto cualitativo en las posibilidades de ascenso.