Real Zaragoza

Clamor por los arbitrajes

La última actuación del colegiado Del Cerro Grande estira la racha de malos arbitrajes y acaba con la paciencia de todo el zaragocismo.

Del Cerro, tras amonestar a Postiga
Clamor por los arbitrajes
G. MESTRE

 El Real Zaragoza ya no aguanta más. Lo expresó claramente Manolo Jiménez en la rueda de prensa posterior al partido ante el Valencia: "Van muchos puntos por el miedo de que si hablas es peor y te van a perjudicar más", pero ya no lo soporta.


Como explica el entrenador sevillano, el primer tanto del conjunto levantino se produjo en un fuera de juego "clamoroso" y el gol que anuló el colegiado al Real Zaragoza al final del encuentro había sido "legal". "En nuestro tercer gol el árbitro ha pitado peligro. El portero choca con sus compañeros y el gol es legal. El línea se va para el centro del campo, pero el árbitro lo anula".


Los errores son contundentes: una roja clara a Víctor Ruiz que no mostró; un error en el primer gol del Valencia y otro en el tanto que anuló al equipo aragonés cuando el duelo ya moría.


La penosa actuación del colegiado madrileño, que priva al conjunto aragonés de un triunfo que mereció, no es, en cualquier caso, un hecho aislado. Se une a una retahíla de deficientes actuaciones arbitrales que lastran el deambular del cuadro blanquillo. Y que han hecho explotar a todo el zaragocismo.  


El arbitraje de Del Cerro toma el testigo a la lastimosa actuación de Velasco Carballo en Pamplona. Al colegiado se le atragantó una roja clarísima a Miguel Flaño -como ayer al valencianista Víctor Ruiz- y puso contra las cuerdas al equipo aragonés a base de amarillas. El madrileño tampoco había estado fino en la vuelta de los cuartos de la Copa en Sevilla.


Y duelen arbitrajes como los de Teixeira Vitienes, que merman con sanciones durísimas -como la sufrida por Álvaro- al conjunto aragonés. Una carga demasiado pesada. O ese penalti inexistente señalado a Javier Paredes en Málaga por Álvarez Izquierdo.


El presidente Fernando Molinos, ya mostró hace unas semanas su inquietud por los arbitrajes. Ahora, ante la contundencia de los hechos, el zaragocismo muestra una indignación natural por el cúmulo de injusticias encadenadas, que se empeñan en poner zancadillas a la trayectoria liguera del conjunto aragonés.