fútbol

Goleada engañosa del Barcelona antes de una semana crucial

El Barcelona le marca cinco al Ferencvaros, pero sufre hasta el 1-0 y pierde a Piqué para el choque ante la Juventus justo después del primer clásico de Koeman.

Madrid, 20 oct. (COLPISA, Miguel Olmeda)
Champions League - Group G - FC Barcelona v Ferencvaros
Champions League - Group G - FC Barcelona v Ferencvaros
ALBERT GEA

Después de sufrir el primer varapalo de la temporada en el Coliseum Alfonso Pérez, el Barcelona recuperó confianza en el estreno de Champions contra el Ferencvaros con una victoria solvente, que en ningún caso cómoda. Y eso, ante un rival cuya experiencia en fase de grupos de la Liga de Campeones se resumía hasta la fecha con un minuto en el descuento de su extremo diestro, hace ya tres años, deja demasiadas dudas. Sobre todo cuando el conjunto azulgrana recibe al Real Madrid el sábado y visita a la Juventus el miércoles que viene. Semana de alta montaña para un equipo al que de momento le faltan piernas para escalar.

Sergey Rebrov ya sabía, de su etapa como jugador en el Dinamo de Kiev, lo que era asaltar el Camp Nou en una velada de Champions. Añadido a que el ucraniano fue discípulo de Valeri Lobanovski, a su Ferencvaros le faltaron los complejos en un estadio de noches grandes. Hizo honor al pasado glorioso del equipo húngaro con un planteamiento valiente que puso en apuros al Barcelona en los primeros 25 minutos.

Tokmac Nguen, keniano de nacimiento, sursudanés de origen y noruego de pasaporte, dio continuos dolores de cabeza a la defensa azulgrana. En la primera ocasión que pudo correr, sentó a los centrales y clavó el balón en la escuadra, aunque se había adelantado en el desmarque y su gol fue anulado sin discusión. La segunda vez que Nguen esprintó a la espalda de la zaga local controló, aguantó y colocó la pelota a Isael frente a Neto para que el brasileño la estrellase en el larguero.

El inicio valiente del Ferencvaros no tuvo premio, algo que ante un equipo con la calidad del Barcelona conlleva un riesgo evidente. Sobre todo si a Leo Messi se le aparecen las musas. Esas que le invitan a agarrar el balón en el centro del campo y dejar atrás a uno, dos, tres rivales. Y así hasta la falta. En esta ocasión, penalti, pues la zancadilla húngara no llegó a tiempo. El capitán ajustó abajo, lejos del alcance de Dibusz, desbloqueando el partido para la escuadra de Koeman.

Con el 1-0 decayó el ímpetu del Ferencvaros y creció el Barcelona en la posesión. Trincao lo intentaba desde la derecha como todavía no se ha visto hacerlo a Griezmann. Buscando la diagonal para su zurda y también la línea de fondo. Desde ahí encontró con un pase atrás la irrupción de Ansu Fati, que lleva el gol en el ADN. En esa ocasión, su remate se topó con Dibusz. En la siguiente recogió un globo de Frenkie de Jong sobre la defensa húngara para marcar el 2-0 con una volea a la remanguillé antes del descanso.

Ya en la segunda parte, Ansu Fati volvería a dar muestras de su calidad con un taconazo para habilitar a Coutinho, que sentenció el partido con un derechazo al palo corto. Al menos, eso parecía, porque el Ferencvaros recortaría distancias desde el punto de penalti. De nuevo, Nguen hacía de las suyas: le ganó espalda a Piqué, cuerpeó con él y le sacó la falta y la expulsión al central. Una baja sensible para la visita a Turín.

El tanto húngaro no amenazó, sin embargo, la victoria local. Dembélé tuvo media hora y se reivindicó con una asistencia a Pedri tras un eslalon desde la derecha y un tanto al primer toque asistido por Messi. Griezmann ni siquiera se quitó el chándal. El 5-1 final es un resultado engañoso: al Barcelona le entraron los goles ya con el partido cuesta abajo. La realidad es que hasta el penalti que forzó Messi el Ferencvaros, un rival sobre el papel muy inferior, fue mejor que equipo azulgrana.

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