Un Huesca de Primera División... si gana en Lugo

La derrota del Sporting le concede la opción de ascender el lunes. Necesita tres puntos más y le quedan tres jornadas.

Partido entre el CD Tenerife y el Sporting
Partido entre el CD Tenerife y el Sporting
Delia Padrón

La Sociedad Deportiva Huesca ya sabe que el partido del próximo lunes puede marcar el hito más grande en todo su recorrido histórico. La puerta de la Primera División se le abrirá al equipo altoaragonés si logra vencer a domicilio al Lugo. Casi nada. El esfuerzo de una vida transitando casi siempre por campos menos suntuosos y el deseo casi furtivo, prácticamente inviable, que siempre se ha mantenido oculto a lo largo de generaciones y generaciones de azulgranas resulta que está a un solo paso de culminarse. Tres puntos más, sean en el estadio Anxo Carro gallego o a base de los tres encuentros que tiene pendientes, coronarán una temporada brillante, una gesta futbolística de otro club modesto rompiendo los esquemas prefijados de la Segunda División. El Huesca ya sabe cuáles son las cuentas y lo que puede suceder en Lugo, hecho que posibilitó este viernes la derrota del Sporting de Gijón en Tenerife. Ahora el asunto para el vestuario oscense es templar las emociones en las horas que quedan por descontar al reloj para que este señale las 21.00 del 21 de mayo del 2018.

Saborear la gloria es una posibilidad cada vez más asumible para el Huesca. Probablemente este sábado es de mayor tamaño de lo que podía imaginar este viernes. Porque pese a que la ilusión de tener esa primera bola de partido estaba en el ambiente, se asumía como lógico que el Sporting impusiera sus urgencias en Tenerife. Sin embargo, esa formación asturiana hasta hace escasas semanas un monstruo de siete cabezas que devoraba rivales encadenó la tercera derrota seguida y se quedó anclada en los 68 puntos. Lejos de meter presión al Huesca, le ha enviado un regalo al no ser capaz de recortar la distancia de cuatro puntos sobre los azulgranas, con solo dos jornadas por delante para los rojiblancos.

Partido entre el CD Tenerife y el Sporting. Delia Padrón

Los 72 puntos del Huesca suenan de Primera mucho más que este viernes. Suenan a una pieza musical fantástica a falta de los últimos arreglos. Suenan a una melodía desconocida que conduce al paraíso. Suenan a otra dimensión, un nuevo mundo futbolístico de luz y color que puede incluir entre sus moradores al conjunto aragonés.

El portero Álex Remiro, quien aparte de tener unos brazos y unas piernas extensibles guarda entre sus aptitudes las de adivino, ya avisó el miércoles de lo que requerían estas semanas de pasional desenlace. "Hay que controlar las emociones", dijo el navarro, el mismo que había dicho, cuando la guadaña amenazaba el cuello del Huesca, que nadie les diera por muertos. El miércoles también adelantó cómo iba a ser su noche de este viernes. Soñaría con el ascenso si perdía el Sporting. Deseo cumplido. Como Remiro, todos y cada uno de los que forman y sienten el Huesca habrán moldeado idéntica escena bajo las sábanas. El técnico Rubi tiene para ello a toda su plantilla disponible, tres balas y una tendencia en positivo después de cuatro victorias y un empate.

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