No pudo ser. El Ebro se quedó sin puntos en su desplazamiento al complicado campo de El Collao a pesar de que dispuso de ocasiones para revertir el resultado final. En la primera parte, dos jugadas casi consecutivas locales fueron gol. A pesar del tremendo barapalo, los de Emilio Larraz supieron enderezar el rumbo tras el descanso, mostrando una gran fortaleza mental, pero les faltó pólvora para haber obtenido un buen resultado. El Ebro, de esta forma, estira su mala racha, ya que sólo ha sumado un empate en las últimas cinco jornadas de la competición.

Desde el principio se vio dos equipos que no renunciaban a nada. Fueron los alicantinos los que quisieron tomar el mando del partido y para ello buscaron controlar el centro del campo. Sin embargo, los pupilos de Emilio Larraz no se lo pusieron nada fácil. Pocas ocasiones en la primera mitad aunque fue el Alcoyano el que se acercó con mucho más peligro a la portería defendida por Montoya. El guardameta de los zaragozanos no tuvo ningún sobresalto destacado. Estuvo muy protegido por una defensa que en todo momento estuvo atenta a cualquier incursión ofensiva local.

Pese al gran trabajo del Ebro en las labores defensivas, el equipo alicantino sí logró marcar a los 34 minutos. El centrocampista Fran Miranda, en un lanzamiento de falta en el pico del área botado por Álvaro, consiguió abrir el marcador con un gran remate de cabeza ante la pasividad defensiva visitante. Fue la primera concesión de la zaga aragonesa. Y sin tiempo para reaccionar, los zaragozanos encajaron el segundo a solo dos minutos para el descanso. Mariano Sanz fue el autor del segundo tanto local. Un mazazo psicológico para los visitantes, que, con apenas un par de errores atrás, se encontraron con una desventaja de dos goles. Era un castigo excesivo para el equipo de Emilio Larraz.

Reacción visitante

El Ebro no se prodigaba en sus acciomnes ofensivas, pero al menos sí se mantenía firme y ordenado atrás. Tras el paso por los vestuarios, el Alcoyano continuó llevando la iniciativa ante el escaso bagaje en ataque de los zaragozanos. A los 50 minutos Chupe remató por primera vez en este periodo con cierto peligro, aunque Marc Martínez, muy atento a la jugada, detuvo sin excesivos problemas. Y poco después, a Óscar Valero no le acompañó la suerte ya que el balón se estrelló en la escuadra de la portería alicantina. Momentos antes, el colegiado había anulado un gol a Gato por un fuera de juego.

En el tramo final, el Ebro apretó el acelerador y fue superior a su adversario. A cuatro minutos para la conclusión Canario disparó dentro del área y el balón lo tocó un defensa, desviándolo fuera por muy poco. En sus mejores minutos, los visitantes no tenían el premio del gol. Ante la presión aragonesa, el equipo de Toni Seligrat se limitó a defender su renta con orden y a esperar que transcurrieran los minutos.