Un gol de Quaresma al final de la prórroga da el pase a Portugal

La selección lusa alcanza por sexta vez consecutiva los cuartos de final y Croacia llora una derrota inmerecida en el peor partido de la Eurocopa.

Ricardo Quaresma celebra el gol que anotó ayer en la prórroga a Croacia y que da el pase a cuartos de final a Portugal.
Ricardo Quaresma celebra el gol que anotó ayer en la prórroga a Croacia y que da el pase a cuartos de final a Portugal.
FRANCISCO LEONG/afp

Mucho ruido y cero nueces hasta los apasionantes instantes finales de la prórroga. Cuando los penaltis parecían la solución a un partido infumable, Croacia se abrió y murió en un contragolpe. Desgracia para los balcánicos e inmerecido premio para una Portugal más mezquina que nunca. Perisic había rematado al palo y justo en la contra posterior Ricardo Quaresma selló el paso de los lusos a sus sextos cuartos de final consecutivos. Lo hizo tras el único disparo a puerta de Cristiano en todo el partido, rechazado por Subasic, para que la empujase el viejo extremo del Besiktas.


El que se presumía gran choque de estilos entre el virtuosismo colectivo de Croacia y el coloso Cristiano Ronaldo resultó un bodrio infumable, el peor partido de la Eurocopa hasta esa locura final. Hay que ser muy aficionado al fútbol, a la táctica y a los detalles, para no improvisar otro plan sobre la marcha. Ni un solo lanzamiento a puerta de ninguno de los dos equipos en el tiempo reglamentario.


Visto lo visto en Lens, da pena ver que España asome por el otro lado del cuadro. Un justo castigo por distraerse ante los croatas, quizá sin saber lo que suponía perder ese partido en lugar de amarrar el empate con el que los balcánicos parecían encantados. Cuando el miedo y la táctica se imponen al deseo de vencer y a la improvisación, este juego pierde su magia. Ajedrez sobre el césped, pero sin la inteligencia de los grandes maestros. Involución del deporte rey.


Portugal dispone de jugadores con nivel sobrado para gobernar los partidos, tal y como hizo en la primera fase, pese a esos tres empates que le hicieron clasificarse como una de las cuatro mejores terceras. Pero salió asustada por el poderío que exhibieron los croatas en la fase de grupos. Extrañas variaciones en el once maquinadas por el veterano Fernando Santos y su equipo de colaboradores. Insistió por delante de la defensa en William Carvalho, la roca del Sporting de Lisboa. Trabajador, atento en las ayudas y tácticamente muy bueno, pero con dificultades en la salida de balón.

Modric, tieso


La gran novedad fue Adrien Silva, nacido en Francia, como el lateral Raphael Guerreiro. Es un buen jugador, ya que además de visión de juego tiene gol, pero su principal misión consistía en vigilar a Luka Modric para que el madridista no disfrutase de una salida cómoda de balón y pusiera en marcha la máquina ajedrezada.


En los croatas, Ante Cacic insistió en su once tipo, sin el atlético Simed Vrsaljko, pero con algún matiz. Perisic, autor del gol que dejó a España segunda, se tiró hacia la banda derecha. Jugó de inicio Modric, muy mermado porque hace sólo ocho días había sufrido un problema en el aductor en el choque de las bengalas ante la República Checa. Bajó a recibir tanto, que por momentos pareció un central más y se alejó en exceso de la zona de influencia. Ivan Rakitic sufrió una estrecha vigilancia y del ariete Mario Mandzukic sigue sin haber noticias en esta Eurocopa.


La ocasión más clara en el primer acto, por utilizar un eufemismo, un cabezazo alto de Pepe, tras una falta lateral sacada por Guerreiro, presente pese a sus problemas físicos. A los cinco minutos de la reanudación, toque de atención a André Gomes, reemplazado por el caboverdiano Sanches. Se espera mucho más del valencianista, porque atesora calidad, pero tiende a esconderse. Creció ligeramente Portugal, ya con un 4-2-3-1 y Cristiano de ‘9’, porque presionó más alto, Silva disfrutó de más libertad y Modric, ya muy fatigado, empezó a no pedirla.


Antes de que Velasco Carballo se tragase un penalti por patada tan innecesaria como alevosa de Strinic a Nani, el central croata Vida le quitó un remate de cabeza franco a Mandzukic, cambiado justo antes de la cantada prórroga. Tan tiesos estaban todos que hasta Rakitic fue sustituido. Pero se desmelenó Croacia. La tuvo Vida, tras un error de Rui Patricio, y luego Perisic. Pero les mató Quaresma, un viejo rockero.

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