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El rey león

Fernando Llorente volvió a exhibir su capacidad anotadora con la selección española: solamente Zarra, Di Stéfano, Villa y Morientes superan su promedio goleador, muy superior al de Fernando Torres.

Fernando Llorente celebra uno de sus goles ante Lituania.
El rey león
ARMESTRE/AFP

Rendido a una evidencia que le trajo de cabeza, el seleccionador lituano dio con la clave en la noche salmantina. "A España le faltaban jugadores muy importantes, pero ha tenido otros recursos. Llorente es un extraordinario rematador". El resignado Raimondas Zutautas comparte opinión con Vicente del Bosque. "Fernando nos permite disponer de una posibilidad más de juego que supimos aprovechar", reflexionó el técnico en el Helmántico, donde España se confirmó como sólido líder de grupo en la clasificación para la Eurocopa de 2012. Si gana el martes en Escocia, puede convertir el camino en un plácido paseo.

El seleccionador español tiene una alta estima sobre el delantero del Athletic, a quien hizo debutar en un duelo ante Chile jugado hace algo menos de dos años en Villarreal. Hasta ahora le ha considerado una alternativa perfecta, un ariete clásico, muy distinto a Villa y Torres. Empuja a los centrales en su área y es clave para romper una zaga tan encerrada como la lituana. Con Llorente, España tiene un plan B, un tipo de delantero del que no disponen, por ejemplo, el Barcelona y el Real Madrid. Sin renunciar a su estilo innegociable, España puede buscar con él un juego más directo y práctico.

Siempre a la sombra de Villa, de Torres y en su día hasta de Dani Güiza, a sus 25 años Llorente ha madurado tanto que quizá haya entrado en el equipo para quedarse. Las comparaciones son odiosas pero inequívocas. Con seis goles en 11 partidos, presenta un promedio mucho mejor que 'El Niño', autor de 26 tantos en 81 encuentros. El pamplonés criado en Rincón de Soto (La Rioja) alcanza 0,54 goles por choque, frente al 0,32 de Torres. Ni siquiera Raúl se le acerca, con ese 0,43 que le otorgan sus 44 tantos en 102 compromisos. Tampoco otros grandes delanteros como Butragueño y Julio Salinas. Solo Morientes, Villa y los míticos Di Stéfano y Zarra le superan.

"Para lo poco que he jugado, he hecho bastantes goles", bromeaba, ufano, tras su exhibición frente a los lituanos. Si se atiende a los minutos jugados, el balance realizador de Llorente es extraordinario. Titular solo en tres de esos once encuentros, apenas ha disfrutado de 364 minutos, a una media de 33 por duelo. No ha jugado nunca un partido completo y, aproximadamente, sale a gol por hora.

"Sabía que el compromiso ante Lituania suponía una gran oportunidad para mí", reconoce Llorente. "Ojalá estos goles sirvan para quedarme en el equipo. Trabajo muy duro para estar siempre aquí, pero no es nada fácil. El mío es un puesto muy complicado y específico. Hay grandes jugadores que ya están y que vienen por detrás", señala Llorente, quien evita polemizar sobre si se merece la titularidad más que Torres, sin continuidad en los últimos meses por culpa de las lesiones. "Lo importante es que los que salgamos marquemos y ayudemos al equipo", insiste.

El Mundial de Sudáfrica supuso un antes y un después la carrera internacional del 'gigante de Lezama'. "Salir desde el banquillo en el partido ante Portugal, hacerlo bien y clasificarnos para cuartos me dio mucho ánimo, me hizo sentir orgulloso". Ciertamente, en la Copa del Mundo se le vio mucho más activo e integrado que en la Copa Confederaciones del año anterior.

Tras descerrajar a los lituanos, Llorente mostraba secuelas de la batalla. El labio partido por un manotazo de un rival que debió ser penalti y el tobillo con hielo para evitar la hinchazón. "El partido fue una pelea constante pero en Glasgow nos espera otro muy parecido, de mucho contacto físico en las áreas", augura el ariete de moda. La que más disfrutó en Salamanca fue su familia, que asistió a una fiesta campera con capea incluida.