EUROPEO DE ATLETISMO

El día de la apoteosis

Las esperanzas de España se alimentan del potencial que exhibe en la prueba de 1.500, una de las carreras reinas de la competición. Marta Domínguez y Mayte Martínez también anuncian lo mejor.

Estévez y Casado, aspirantes a la medalla, durante su semifinal de los 1.500 metros en Barcelona 2010.
El día de la apoteosis
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Los días de escasez han llegado a su fin. La quinta jornada de los Europeos debe ser la del despegue del equipo español, que persigue hasta seis medallas: dentro del estadio y fuera, donde Jesús Ángel García Bragado, el marchador imperecedero, buscará su tercera medalla en los 50 km (7.35 horas) en una competición en la que, burlando la lógica, ha ido mejorando con el paso del tiempo: cuarto en su debut, hace ya 16 años, en Helsinki'94; tercero en Múnich'02 y segundo en Gotemburgo'06. Pero la apoteosis debe producirse por la tarde, con Marta Domínguez en los obstáculos (20.25), Mayte Martínez en los 800 (21.50) y el trío de los 1.500 (22.00).


El estadio Lluís Companys arderá por la tarde después de varios días de vacíos, de huecos, de silencios. La suma de Marta Domínguez y la final de los 1.500 tendrá como resultado el momento álgido de la competición. Los fetichistas del mediofondo podrán ver, por tercera vez en la historia, una gran final de 1.500 al aire libre en España, y eso se notará en las gradas bautizadas con el nombre de atletas ilustres como Javier García Chico, Antonio Peñalver o Fermín Cacho, el hombre que sacudió el estadio olímpico aquella tarde dorada en el verano del 92. Ahora, en el marco más humilde de unos Europeos, ha llegado el momento de Manuel Olmedo, el sevillano que siempre pinchaba en los 800 y que ahora presume de esprint en los 1.500, aún pendiente de consagración; de Arturo Casado, un madrileño que ha hecho carrera en la prueba más deseada, y Reyes Estévez, la estrella de la canción, un superclase que un buen día se durmió y que ahora pretende recuperar el tiempo perdido, el carisma y la clase que enamoran al aficionado.


El trío español no estará solo. Los británicos, como ya sucedió en los 10.000, quieren hacer un nuevo eclipse. Andy Baddeley es el principal amenaza junto a Tom Lancashire. Los dos, como el francés Kowal, saben que tienen las de perder en una carrera lenta, pero tampoco hay lebreles en la lista de salida que permitan llegar a la meta antes de los 3.35. Y eso es lo que multiplica las opciones de Olmedo, tan sereno y ligero en las semifinales, una incógnita en su primera gran final, Casado, sabedor de que éste puede ser su campeonato después de un año de reajustes, y Reyes, que se despide en su casa.


Además, Marta Domínguez y Mayte Martínez, la vieja guardia en versión femenina, también aspira a todo.


Chilla no repite medalla

Respecto a la jornada de ayer, la jerezana Mercedes Chilla, que hizo historia hace cuatro años al conseguir la primera medalla en alta competición de una atleta española en lanzamientos, no pudo repetir el bronce de los Europeos de Gotemburgo y hubo de conformarse con el sexto puesto y una marca de 61,40.


Sus problemas de espalda han perturbado su carrera, aunque este año se había mostrado muy estable por encima de los 60 metros -siete veces- y había elevado su récord nacional a 64,07, finalmente no consiguió la medalla.