EL GRAN DÍA DE MOTORLAND

El circuito de las curvas divertidas

AL VOLANTE Diego Puyo, piloto alcañizano, ha recorrido el trazado de Motorland en dos pruebas. Conocedor de cada detalle, da las claves para una vuelta perfecta.

El circuito de las curvas divertidas
El circuito de las curvas divertidas
VÍCTOR MENESES

Hace más de un mes que Diego Puyo rodó por última vez sobre el trazado de Motorland. Sin embargo, recuerda los detalles del circuito como si acabase de terminar allí una prueba. No necesita hacer mucha memoria para enunciar los principales alicientes de la pista aragonesa: la diversidad de curvas y los cambios de nivel. Estas características hacen que el circuito de velocidad de la Ciudad del Motor sea, ante todo, divertido, algo que no puede decirse de otros trazados españoles, como reconoce el piloto alcañizano: "Montmeló, Valencia o Jerez son recorridos monótonos, no tienen nada que ver con Motorland, que posee un dinamismo muy especial y dieciocho curvas bien distintas. Es imposible aburrirse allí".

 

A sus 25 años, Diego Puyo, piloto en la Eurocup Seat León, es un auténtico experto en Motorland. Para ello, ha bastado su participación en dos pruebas, la que sirvió para inaugurar el complejo alcañizano y el último Campeonato de España de Resistencia, que se desarrolló en la localidad turolense. De memoria y casi de carrerilla, Puyo explica la dificultad de cada curva de un circuito exigente, cuyo carácter aparece desde la primer viraje. "Se abandona la recta de meta con un giro de casi 90 grados a la izquierda, que parece lento, pero que, en realidad, es bastante rápido", explica Puyo. A fondo y con el volante orientado a la derecha, los pilotos alcanzan el comienzo de la subida, que se desarrolla a través de dos curvas más hacia la izquierda: la cuarta y la quinta.

 

No hay respiro. Una vez en la zona más alta, los pilotos han de hacer frente a dos giros a derechas. El primero, casi imperceptible y el segundo, uno de los más lentos de todo el circuito. Y de ahí, al 'Sacacorchos', la curva más conocida de Motorland por haber duplicado el nombre metafórico del emblemático giro de Laguna Seca. "La diferencia entre este 'Sacacorchos' y el de Estados Unidos aparece en el ángulo del giro. En Alcañiz, el viraje cerrado se efectúa a la derecha y luego se continúa hacia la izquierda. Todo en una pronunciada cuesta abajo", comenta el aragonés. La concentración ha de ser máxima. Un error en la frenada puede condenar al piloto a salirse de los límites del asfalto.

 

No existen más giros de tan conocido bautismo en Alcañiz, aunque Diego Puyo no necesita esforzarse para dar con otras metáforas que podrían dar nombre a otras curvas singulares, como la décima: "Tras el 'Sacacorchos' sigue la pendiente descendente con una curva que parece interminable, todo el rato hacia la izquierda, parecida a la última del circuito Ricardo Tormo de Valencia, aunque ésta no se cierra. No se pisa el acelerador a fondo, solo a medio gas, como en la curva larga de Montmeló, la número tres. Si la trazada es buena, sientes que estás dando la vuelta a un círculo, a una rueda".

 

A continuación, empieza la recta más larga de Motorland, solo cortada por una U, la que forman cuatro curvas. "Acelerar con rapidez al abandonar la curva 15 puede ser un factor decisivo. Si se inicia la recta con lentitud, es fácil que los rivales consigan el adelantamiento. El rebufo se convierte en el peor enemigo posible", señala. Después de superar los 300 kilómetros por hora, llega el frenazo previo a la curva de 180 grados que precede a la recta de meta. En ese lugar, donde los frenos más sufren, los pilotos, si pueden, se la juegan.

 

En la actualidad, parece que un circuito sin una recta larga seguida de una curva cerrada no es un buen circuito. Motorland, si esto es cierto, es -efectivamente- un buen circuito. En ese capítulo de normas no plasmadas sobre el papel se podría incluir, además, aquello de que el adelantamiento implica espectáculo o, dicho de otra forma, que una carrera en la que nadie adelanta es aburrida. Si esto se cumple, el bostezo jamás tendrá cabida en Alcañiz. "Hay varias zonas donde el adelantamiento es factible. En la curva 5, por ejemplo, muchos pilotos se lanzan al interior buscando pasar al rival cuando éste se abre para completar el giro. Además, las tres rectas principales (la anterior al 'Sacacorchos' y los dos tramos de la gran recta) son idóneas para avanzar posiciones. Y, por supuesto, siempre queda la genialidad de cada participante. Cuando estás metido en faena, nunca sabes por dónde puede aparecer el hueco", subraya Puyo.

 

Aunque, quizá, lo mejor sea que en este espectáculo los riesgos son mínimos. La seguridad es uno de los puntos fuertes de Motorland: "En este capítulo, creo que es el mejor circuito de España, al menos si lo comparamos a otros en los que he pilotado. Apenas se ven las vallas desde el asfalto. Los muros están muy alejados y hay grandes zonas para las escapatorias. Quizá, lo malo de esto es que las banderas quedan algo lejos. Pero esto, al fin y al cabo, es un detalle menor en un circuito precioso y, repito, muy divertido".