Alberto Val se despide del balonmano profesional. El zaragozano del barrio de Casetas, que durante los últimos cuatro cursos ha defendido la camiseta del Bada Huesca, anunció este lunes su retirada tras 16 temporadas en activo. El pivote de 33 años vivirá el miércoles su último partido precisamente frente al conjunto con el que debutó en la élite en 2004, el FC Barcelona, que visita el Palacio de los Deportes (20.30). "Es hora de pasar a otra etapa de mi vida", reconoció en ese escenario rodeado de sus compañeros, su entrenador y miembros de la directiva de la entidad oscense.

"Llevaba ya tiempo preparándome para este momento, el club era consciente de ello y ha puesto todas las facilidades entendiendo la situación", agradeció el jugador, que recientemente aprobó una oposición para una plaza de policía en Binéfar a la que se incorporará la próxima semana. Su despedida se produce después de que el grupo que entrena Jose Nolasco, que ocupa puestos de descenso, haya arrancado la segunda vuelta con una victoria y un empate. "Dejo al equipo no en la mejor de las situaciones, pero estoy plenamente convencido de que se conseguirá la permanencia", deseó.

Val ha militado a lo largo de su carrera, además de en el Bada y el Barça, en el BM Aragón, el Torrevieja, el Constanza rumano, el Al-Arabi de Catar, y el Logroño. En el balance que realizó aseguró que “ganan por goleada” lo bueno y entre los momentos álgidos con los que se queda resaltó su última campaña en el extinto BM Aragón “que sacamos adelante con un equipo cogido con alfileres con gente de la casa” y experiencias como la liga que conquistó en Rumanía. Sobre lo que se queda al otro lado de la balanza mencionó igualmente “los meses sin cobrar” que pasó en el club zaragozano o su fallido fichaje por el Atlético de Madrid, con el que llegó a firmar, pero que acabó desapareciendo antes del inicio de la temporada. La “espinita” clavada: “No haber debutado en partido oficial con la selección española absoluta”.

Acerca de su paso por el Bada subrayó que “hemos conseguido estar en la mayoría de temporadas por encima del objetivo inicial, sobre todo por presupuesto llegando a la penúltima y la última jornada con opciones de entrar en Europa”. En sus últimos meses con los altoaragoneses, a los que ahora promete apoyar desde la grada, ha tenido que compatibilizar los entrenamientos y los partidos con el estudio y los exámenes desplazándose incluso a algún encuentro con su coche particular al no llegar a tiempo de coger el autobús del equipo. Tal fue el caso, por ejemplo, del amistoso disputado en Francia a finales de enero con el Billere justo nada más aprobar la oposición.

Su despedida frente al Barcelona “va a ser muy especial”. El de Casetas, que comenzó a jugar al balonmano con seis años en el club del barrio, marchó a la cantera del Barcelona con 14 años. De entre los jugadores con los que coincidió entonces, en la plantilla azulgrana solo queda Víctor Tomás, “compañero desde juveniles”. “Será muy bonito al ser en casa, ante la afición, mis familiares y mis amigos”, reconoció.

“El balonmano me ha ayudado a crecer como persona, a madurar y a hacer frente a situaciones complicadas”, alabó las virtudes del deporte al que ha dedicado su vida hasta ahora y al que seguirá ligado una vez que el miércoles finalice el choque con el Barcelona. Su intención es seguir ligado al BM Casetas, del que es entrenador de su conjunto de Segunda Nacional, así como con el campus que organiza en verano la Federación Aragonesa y con el proyecto Enroscados que desarrolla el Hispanos del Carmen promoviendo la actividad deportiva y la integración de personas con discapacidad psíquica.