Llegó este verano procedente del filial del Barça, y no ha tardado en erigirse en pieza básica del BM Aragón y en una de las sensaciones de la Asobal. Borja Lancina (Cardedeu, 1992) acumula 50 dianas en los nueve partidos de competición doméstica que se llevan disputados, compartiendo con Demetrio Lozano el grueso del peso ofensivo del conjunto zaragozano.

Sus escasos 170 centímetros le permiten 'colarse' entre las defensas rivales a idéntica velocidad con la que ha penetrado en las entrañas de la mejor Liga del Mundo, pero él prefiere no definirse como goleador puro. Se siente más cómodo en la dirección de juego, ordenando y asistiendo a sus compañeros. Esos a los que achaca un porcentaje importante del dulce momento personal que atraviesa. 

-¿A qué se debe tan rápida adaptación?

-Tanto el cuerpo técnico como los integrantes de la plantilla me lo han puesto muy fácil. Se han volcado conmigo y me han dado todas las facilidades para que esté a gusto. Además, considero que soy un chico al que le cuesta poco entrar en la dinámica de los grupos. Estoy habituado a los cambios.

-¿Aunque los mismos impliquen un salto de categoría como el que acaba de dar?

-Bueno, el aspecto físico y táctico no es tan distinto. En la División de Honor Plata se entrena bien y es muy competitiva. Sin embargo, aquí te encuentras con profesionales que poseen una calidad bestial, y son los que acaban marcando las diferencias muchas veces, por encima de pizarras y esquemas.

-Y al BM Aragón, ¿qué le está faltando para marcar diferencias en este complicado inicio?

-Regularidad. Ha habido partidos en los que hemos estado bien en la primera parte y después nos hemos venido abajo. Nos cuesta mantener el nivel y se nos han escapado muchos puntos por detalles.

-¿Es la defensa el principal 'hándicap'?

-Sin duda. Está demostrado que somos capaces de anotar 30 o 35 goles por partido, pero si encajamos 40 no sirve de nada. Debemos pulir los errores y hacernos fuertes desde atrás porque es ahí desde donde se construyen los equipos. 

-¿Qué tal se encuentra a la órdenes de Demetrio?

-Ha estado en los equipos más importantes del mundo, ganándolo absolutamente todo, y trabajar junto a él da una seguridad tremenda. Tiene mucho que enseñarnos como entrenador y también dentro de la pista.

-Comparten buena parte del peso ofensivo del equipo...

-La capacidad goleadora de 'Deme' sigue siendo enorme y asume esa responsabilidad a la perfección. Lo mío lo considero más anecdótico. Tengo otras funciones dentro del campo, como dirigir y nutrir de balones a mis compañeros, pero se ha dado el caso de que las cosas están saliendo bien en ataque.

-Pero siempre ha destacado por encontrar con facilidad el marco rival...

-Sí. En el filial del Barça tuve una media de casi cuatro goles por partido. Antes, en el Adrianense, alcancé los siete. Pero allí no solo actuaba como central, también lo hacía de lateral. Confirmar estas cifras en Asobal es algo realmente complicado, por eso digo que son anecdóticas. Puede haber momentos en la temporada en los que baje el porcentaje de acierto.

-¿Qué hace un jugador de 170 centímetros para colarse entre armarios de más de dos metros y anotar gol hasta cinco veces por partido?

-Llevo diciendo lo mismo toda la vida. Cada uno tiene que ser capaz de explotar sus virtudes y de tapar las carencias. Ser más bajo que los demás me permite hacer otro tipo de juego, con movimientos más rápidos.

-¿Es la velocidad su principal arma?

-Pienso que sí. Soy un jugador potente y, siempre que se me presenta la oportunidad, intento poner la directa. También me considero versátil, lo que ayuda a desarmar las defensas rivales.

-¿Se ve por mucho tiempo en Zaragoza?

-Ojalá que así sea. Eso significaría que las cosas han ido bien. Yo estoy muy contento aquí, cerca de casa -Barcelona- y no me planteo otra cosa que no sea trabajar con el BM Aragón para dar el máximo posible.

-¿Sueña con volver al Barça?

-No. Uno debe ser consciente de que es prácticamente imposible vestir la camiseta del primer equipo. El Barça dispone de una de las mejores plantillas del mundo, por no decir la mejor, y está en otra dimensión.

-Y la Selección española, ¿también queda lejos?

-Tampoco me planteo la convocatoria. Tengo que centrarme en trabajar con mi equipo para que salgan las cosas y lo que tenga que venir, vendrá.