baloncesto

Los triples del Tenerife acaban con la resistencia del Casademont Zaragoza

El equipo aragonés completa una gran actuación ante uno de los mejores equipos de la Liga Endesa, pero acaba perdiendo (100-106) tras encajar hasta 18 lanzamientos de tres puntos.  

McFadden se marcha de la oposición de Fitipaldo.
McFadden se marcha de la oposición de Fitipaldo.
Oliver Duch

El Casademont Zaragoza se quedó a escasos centímetros de la victoria (100-106). El desenlace resultó inmerecido, doloroso y cruel. El cuadro aragonés completó una gran actuación contra el Tenerife, uno de los mejores conjuntos de la Liga Endesa, pero su fe, su perseverancia y capacidad de reacción se quedaron sin recompensa. 

El equipo local nunca bajó los brazos. Ni siquiera cuando el rival, impulsado por su elevado acierto en el tiro exterior (18 triples convertidos en 28 intentos), edificó una ventaja de 15 puntos en la primera mitad. Sí dobló la rodilla después, ya en los últimos minutos de la contienda, ya exhausto, tras haber realizado un desgaste físico formidable. 

A un minuto de la conclusión, la desventaja de los zaragozanos era de sólo tres puntos (98-101), y desperdiciaron tres lanzamientos desde más allá del arco para haber igualado el choque. No falló Fitipaldo, ya a 7 segundos del final, que sentenció el partido, cómo no, con otro tiro desde la línea de 6,75. Fue el uruguayo, precisamente, el mejor jugador del duelo (26 puntos y 4 asistencias). 

Ya en el inicio, el Tenerife golpeó desde el perímetro, con dos lanzamientos triples de Salin y otros dos de Aaron Doornekam. Sus 12 primeros puntos llegaron desde más allá del arco. El Casademont, sin embargo, se mantenía por delante en el marcador (13-12), al cuarto de hora de partido, con Mitchell Watt imponiéndose en la pintura -6 tantos anotados- y con Langarita sumando desde la línea exterior.

Fue entonces cuando Bell-Haynes se retiró directamente a los vestuarios, lesionado, tras haber recibido un fuerte golpe en una penetración. Su ausencia afectó momentáneamente al equipo local, que no sólo tuvo dificultades en sus acciones de ataque; también ofreció lagunas en las labores de contención, lo que se tradujo en tiros muy fáciles para su oponente. Kyle Guy, con ocho puntos consecutivos -seis desde el triple- inició el despegue de los visitantes, que clausuraron con ventaja el acto inaugural (18-24). Por entonces, el equipo insular había convertido 6 de sus 8 lanzamientos desde la línea de 6,75, lo que supone un 75% de efectividad.

El Tenerife mantuvo su acierto exterior, en los primeros compases del segundo cuarto, y amplió su renta con dos triples de Bruno Fitipaldo (20-30). Poco después, también desde el perímetro, sumaron Abromaitis y Elgin Cook (22-36) para retratar las desatenciones defensivas de los zaragozanos. Y en ataque, el Casademont era un bloque lento y plano, y apenas generaba situaciones favorables para anotar. De hecho, toda su facturación llegaba desde la línea de personal, gracias a la insistencia de Yoanki Mencía -5 tiros libres convertidos-. Al cuarto de hora, Porfirio Fisac tuvo que detener el duelo.

Nada cambió tras el tiempo muerto, ni siquiera con el regreso a la pista de Trae Bell-Haynes. El Tenerife, perfectamente guiado por Huertas, obtenía lanzamientos liberados desde todas las posiciones. El Casademont se agarró a Mencía -11 puntos al descanso- para seguir creyendo. Y aunque la ventaja insular creció hasta los 15 tantos (38-53), los zaragozanos reaccionaron más tarde, ya en los últimos minutos del primer periodo, para recortar la diferencia con un parcial de 6-0 (44-53) con las canastas de Watt, Langarita y Sulejmanovic. En el intermedio, los visitantes habían acertado en 12 de sus 19 intentos desde más allá del arco. Casi nada.

El Casademont interpretó mejor sus ataques en la reanudación, dotando de buenos balones a sus jugadores interiores. Sulejmanovic y Watt, bajo el aro, y Santi Yusta y McFadden, con dos lanzamientos triples, redujeron las distancia a sólo dos puntos (56-58), en apenas cuatro minutos de juego. Los locales, además, habían elevado notablemente sus prestaciones defensivas.

Superado el ecuador del tercer acto, el equipo aragonés por fin volteó el marcador, al culminar McFadden un rápido contragolpe (64-63) precedido de dos tapones seguidos, primero de Watt y después de Sulejmanovic.

Tras el tiempo muerto visitante, Fitipaldo sumó con otro tiro desde el perímetro. Pero el Casademont ya era un bloque sólido y solvente, muy seguro de sus fuerzas, y había recuperado a todos sus efectivos para la causa. Entre ellos McFadden y Bell-Haynes, que resultaron capitales para que los zaragozanos siguieran bien posicionados a la media hora (73-78). Ni siquiera se descompuso el cuadro aragonés con los errores arbitrales, que conllevaron la tercera personal de Watt, una falta no señalada sobre McFadden y una técnica a Porfirio Fisac.

De ahí hasta el final, hubo un intercambio de golpes intenso, sin tregua, del que salió vencedor el Tenerife por el mayor talento y la mayor amplitud de su plantilla; y, sobre todo, por su devastador acierto en el tiro exterior. 

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