baloncesto

La surrealista jugada en el Casademont Zaragoza-Jairis (con Dylan Ennis como invitado sorpresa)

El encuentro de la Liga Femenina quedó detenido durante unos cómicos segundos a causa de un suceso poco frecuente, donde colaboró (sin éxito) el actual jugador del UCAM Murcia.

Dylan Ennis, mopa en mano, trata de descolgar el balón en una de las canasta del pabellón de Alcantarilla (Murcia).
Dylan Ennis, mopa en mano, trata de descolgar el balón en una de las canasta del pabellón de Alcantarilla (Murcia).
H. A.

Los aficionados que asistieron al pabellón Fausto Vicent de Alcantarilla (Murcia) para presenciar en directo el partido de la Liga Femenina Endesa Casademont Zaragoza-Jairis, así como los espectadores que lo siguieron a través de Aragón TV con la narración de Álex García y los comentarios de Paola Mercadal, fueron testigos de una surrealista y cómica acción que, aunque no es nueva, tampoco se produce con demasiada frecuencia en el baloncesto de élite.

A 1:03 para el final del primer cuarto, con el encuentro en plena ebullición (18-18), una acción ofensiva finalizó con el balón colgado en el soporte que sujetaba una de las dos canastas. El esférico estaba completamente encajonado, sin opción de precipitarse sobre su propio peso al suelo.

Para incredulidad de todos, incluidas las propias jugadoras de ambos conjuntos, la primera opción para recuperar el balón fue recurrir a un joven hincha local. El seguidor, aupado a hombros por un adulto, trató sin éxito de recuperar el cuero.

Un joven aficionado del Jairis, subido a hombros de un adulto, trata de descolgar el balón.
Un joven aficionado del Jairis, subido a hombros de un adulto, trata de descolgar el balón.
H. A.

Ante el primer intento fallido, emergió el polifacético Dylan Ennis. El exjugador del Casademont, que pocas horas antes había competido con su equipo (UCAM Murcia) en el Príncipe Felipe, salió de su asiento para aportar su ayuda. Primero, el canadiense probó fortuna lanzando una segunda pelota, pero nada.

Ennis llegó, incluso, a adueñarse de una de las mopas destinadas a secar la pista para descolgar el balón. Tampoco. Las carcajadas y la perplejidad fueron latentes en el pabellón durante los segundos que se prolongó la rocambolesca escena.

A la tercera, por fin, llegó la vencida. Tal y como dictaba la lógica, se recurrió a una escalera para recuperar el esférico. Tras este incidente, ocurrido al final del primer cuarto con 18-18 en el electrónico, el choque se reanudó sin más contratiempos. El Casademont Zaragoza de Carlos Cantero salió victorioso y sumó su undécima victoria consecutiva.

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