El Casademont conquistó este domingo su cuarta victoria de la temporada (62-75), tras sobreponerse a un primer tiempo desalentador, y al mismo tiempo asestó una puñalada muy perniciosa al Manresa, un rival directo en la lucha por la permanencia. El cuadro aragonés completó 20 minutos muy deficientes, víctima de su apatía, sus desatenciones atrás y su falta de ritmo y criterio en sus acciones ofensivas, y alcanzó el intermedio con 27 puntos en su haber. Sin embargo, elevó su rendimiento tras el descanso, agarrado sobre todo al acierto de Aday Mara y Howard Sant-Roos, para acabar sumando un triunfo vital en sus aspiraciones. El pívot, de 17 años, finalizó la contienda con 18 créditos de valoración, al haber facturado 10 tantos y 8 rebotes en el cuarto de hora que permaneció sobre la pista. Mientras, el cubano apareció en los instantes de fragor, asumiendo responsabilidades, y aportó 10 puntos, 2 capturas y 6 asistencias en 33 minutos de juego.

Pese a la importancia del duelo, el Casademont compareció con dudas, y con una indolencia alarmante en cada una de sus acciones. Fue un equipo frágil, apocado, superado por las circunstancias, sin apenas argumentos en los dos lados de la pista. El Manresa, muy incisivo, mucho más enérgico, convirtió tres triples en los tres minutos del choque (11-3) -Ferrari, Sagnia y Jou-, castigando la dejadez defensiva de los aragoneses. Por entonces, el cuadro zaragozano había facturado una sola canasta, que se había fabricado Jessup con una jugada individual.

Aunque Wright y Mekowulu, poco después, aportaron algo oxígeno al equipo visitante, los locales seguían anotando con suma facilidad. De hecho, los catalanes habían facturado hasta 14 puntos antes de alcanzar el ecuador del acto, un diáfano indicador de las debilidades de los aragoneses en las labores de contención. Porfirio Fisac, inquieto y desesperado, tuvo que detener el encuentro con mucha más antelación de lo inicialmente previsto.

Imágenes del partido Casademont - Manresa

Tras el tiempo muerto se mantuvo el guión, con los locales manejándose con una comodidad imprevista. Al menos, la entrada de Aday Mara sí aportó mayor clarividencia al juego ofensivo del Casademont. El pívot sumó tres canastas consecutivas, pero el Manresa siguió golpeando en cada una de sus ataques, casi siempre con lanzamientos liberados. Al cierre del cuarto inaugural, los locales gobernaban la contienda con autoridad (25-15) frente a un rival desnortado, sin una propuesta colectiva solvente.

El desacierto de los zaragozanos se acentuó después, en un segundo cuarto sonrojante. Fue la lógica consecuencia de su juego plano y previsible, que apenas le reportaba buenas situaciones de tiro. En este escenario, los catalanes dispusieron de rentas de hasta 15 puntos, con Jerrick Harding como principal ejecutor (8 tantos y 3 asistencias). Los visitantes carecían de amenaza desde el perímetro, y tampoco dotaban de buenos balones a su juego interior. Solamente Jessup encontraba algunas fisuras en la defensa local. Al descanso, el Manresa tenía el duelo claramente inclinado a su favor (40-27), beneficiado por el inusual desatino de su adversario. 

Transcurridos 20 minutos, toda la productividad ofensiva del Casademont se reducía a 27 puntos, con unos porcentajes desalentadores, impropios de un equipo profesional: un 47% de efectividad en los tiros de 2 (10 de 21); un 11% en los lanzamientos triples (1 de 9); y un 50% desde la línea de personal (4 de 8). Con esos registros, resulta prácticamente imposible aspirar a la victoria.

El Casademont mejoró sus prestaciones en la segunda mitad, lo que enseguida se tradujo en el marcador. A los cuatro minutos de la reanudación, el cuadro aragonés se situó a sólo cuatro puntos, después de dos grandes acciones de Mara y Sant-Roos, y de un certero triple de Borisa Simanic (44-40). Ahora fue Pedro Martínez quien detuvo el choque. Simanic, con una canasta bajo el aro, redujo aún más la distancia (44-42), al mismo tiempo que rearmaba anímicamente a su equipo e incrementaba las dudas del rival. Con Jovic en la dirección, el equipo aragonés atacó con mayor serenidad y criterio, hallando situaciones ventajosas de tiro desde todas las posiciones. Y tras facturar 27 tantos en 10 minutos de juego, los visitantes voltearon el marcador justo a la media hora de partido (53-54).

El tramo definitivo fue tenso, emocionante, con los dos conjuntos exhibiendo orden y vehemencia en las tareas de contención. Era un duelo de alto voltaje. En los primeros cuatro minutos del acto, únicamente se anotó un punto -Santi Yusta desde la línea de personal-. Un fiel reflejo de la presión y los nervios que atenazaban por entonces a ambos conjuntos. Más tarde, Stefan Jovic, con un triple desde la esquina, y el propio Yusta, tras culminar un rápido contragolpe, aumentaron la distancia de los zaragozanos (53-60). Sin embargo, después de las malas decisiones ofensivas de Chris Wright, el Manresa recuperó el pulso con las canastas de Dani Pérez, Robinson y Vaulet (60-60). Apareció entonces Hlinason, y después San-Roos y Jessup, ambos con lanzamientos desde el perímetro, para dejar el duelo prácticamente finiquitado a 90 segundos de la conclusión (61-70). A partir de ahí, el Casademont resistió con seguridad los últimos embates del Manresa.  

Ficha técnica

65. BAXI Manresa (25+15+13+12): Jou (5), Sagnia (3), Ferrari (5), Vaulet (9), Geben (7) –cinco inicial– Wakzynski (5), Harding (10), Tass (-), Dani Pérez (8), Badio (-), Robinson (10) y Steinbergs (3).

72. Casademont Zaragoza (15+12+27+18): Wright (7), Jessup (14), Mekowulu (8), Hlinason (2), Sant-Roos (10) –cinco inicial– Jovic (3), Ponitka (-), Yusta (9), Mara (10), Nguirane (0), Simanic (9), García (0)

Árbitros: Daniel Hierrezuelo, Vicente Bultó, Vicente Martínez Silla. Sin eliminados.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 15 de la Liga Endesa, disputado en el pabellón Nou Congost ante unos 4.000 espectadores.