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¿Quién es Elías Harris?

Hijo de un soldado estadounidense destinado a Alemania durante su reconstrucción, el nuevo jugador interior del Casademont Zaragoza pertenece a una familia de baloncestistas: su padre, tíos, madre y hermana lo jugaron profesionalmente, y él se decantó por la canasta tras renunciar al fútbol. 

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El ala-pívot Elias Harris ataca el aro rival.
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Como tantos otros baloncestistas -y otros deportistas- alemanes de origen afroamericano, Elias Harris, nuevo alero del Casademont Zaragoza, es hijo de un soldado norteamericano destinado a las bases militares de Estados Unidos en Alemania durante los años de reconstrucción y normalización europea posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Mike Harris, como otros muchos de esos jóvenes soldados, amaba el baloncesto, sus tres hermanos lo jugaban en su país y él había defendido la camiseta de la Universidad Harris-Stowe de Saint Louis, por lo que apenas dudó cuando a finales de los años 70 le propusieron un contrato profesional para jugar en Alemania. Así lo hizo entre 1979 y 1988, afincándose definitivamente en la ciudad de Speyer, a orillas del Rhin, junto a su esposa alemana, Svenja, también jugadora profesional. De ese matrimonio con forma de canasta nació en julio de 1989, mientras el muro de Berlín comenzaba a desmoronarse, Elias y su hermana, Stina, también jugadora profesional de baloncesto.

Elias Harris, en su infancia, practicó el atletismo, pero sobre todo el fútbol, hasta que finalmente, la genética se hizo camino y le puso debajo de un aro. Su formación se desarrolló en el club local, en el Bis Baskets Speyer, tiempo en el que comenzó a integrarse en las categorías inferiores de la selección alemana, donde compartió torneos con Robin Benzing, su nuevo compañero en Zaragoza. A los 20 años, probó la aventura americana, con los Bulldogs de la Universidad de Gonzaga. El entrenador asistente del equipo Tommy Lloyd, con pasado en el baloncesto alemán, recibió el consejo de su amigo Thorsten Daum, entrenador en Heidelberg, para ojear a Harris. Lloyd viajó a Speyer dos veces, observó al alero, salió a comer con su familia, y así se fraguó el flechazo.

Por su juego y estilo, en Gonzaga, a Harris se le trazaron semejanzas con Shawn Marion, por entonces estrella de la NBA con Phoenix Suns o Dallas Maverick. Era un jugador interior bajo (2,03), pero de salto poderoso, explosivo, buen reboteador y con una sobresaliente capacidad física. Sus buenos promedios con Gonzaga en la NCAA (13,8 puntos y 7,3 rebotes) en casi 140 partidos, sin embargo, no le dieron billete en el draft, aunque sí atraparía un contrato con Los Ángeles Lakers para jugar las Ligas de Verano y la G-League con su equipo vinculado, Los Ángeles D-Fenders.

Finalizada la etapa americana, en 2013, retornó a Alemania, donde se convertiría en uno de los pilares y jerarcas del Brose Baskets durante siete temporada, ganando dos ligas (2015 y 2017), las copas de 2017 y 2019, jugando Euroliga y también la Champions, donde se ha enfrentado a Casademont Zaragoza. El pasado verano, tras discrepancias con la directiva, abandonó el club y firmó por Riesen Ludwigsburg, líder ahora en Alemania, donde Harris ha acreditado 15,6 puntos y 4,9 rebotes en 24 minutos de juego por partido. Zaragoza será, desde ya, a sus 31 años, su primera experiencia europea fuera de Alemania.

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