España domina en el primer acto

España salió de inicio con Alocén, Rabaseda, Dani Díez, Beirán y Sebas Saiz. El aragonés Alocén inauguró el marcador con una canasta al límite de la posesión, en unos primeros compases dominados por el equipo de Scariolo. De hecho, el entrenador de Polonia, Mike Taylor, tuvo que detener el duelo a los cuatro minutos, con un 9-2 en el marcador. Tras el tiempo muerto, los visitantes elevaron su rendimiento, además de agarrarse en ataque al acierto del base Slaughter y al pívot Gel para sostenerse en el tanteador. A falta de dos minutos, Scariolo puso en pista a San Miguel, Brisuela, Yusta y Nacho Llovet. Pese a la mejoría de los polacos, España seguía gobernando el marcador al cierre del primer cuarto (19-15). 

Polonia voltea el marcador

En el segundo cuarto, España estiró su ventaja gracias a dos acciones de mérito de Barreiro y al aporte anotador de Santi Yusta, muy acertado en el lanzamiento. Sin embargo, a partir del cuarto de hora, el guión de un giro inesperado. Los polacos, con ataques muy pausados, comenzaron a generar ventajas. Lograron, de esta forma, recortar distancias en el marcador y empatar el encuentro (33-33), lo que provocó el tiempo muerto de Sergio Scariolo. Después, Slaughter puso por delante a los polacos por primera vez en todo el partido, tras un certero triple, y el propio base del Real Betis aumentó la ventaja justo al cierre del segundo cuarto (35-38). La selección española ya hace tiempo que ofrecía importantes dudas en su juego.

Numerosas lagunas defensivas

España exhibió numerosas lagunas defensivas en el tercer acto. Polonia, de hecho, anotó hasta 27 puntos en 10 minutos, con Slaughter como jugador más incisivo. Un triple del jugador bético ya encendió todas las alarmas en el banquillo español, a los 24 minutos de partido (45-50). Los visitantes golpeaban desde todas las posiciones, mientras que los españoles se precipitaban una y otra vez en sus acciones y se prodigaban en las pérdidas de balón. Otro triple de Slaughter conllevó otro tiempo muerto de Scariolo; pero España seguía sin reaccionar, sin serenar su juego, y la distancia se fue ampliando conforme avanzaba el partido (47-53). Al filo de la media hora, los polacos habían conseguido la máxima renta del choque (53-62).

Los polacos sentencian con suma facilidad

A España le costó dos minutos anotar en el último cuarto. Fue Sebas Saiz, desde el tiro libre. En pleno escaparate de los desaciertos, para más inri se lesionó Santi Yusta, que abandonó la pista ayudado en su caminar por dos integrantes del cuerpo técnico. Una contra perfectamente guiada por Alocén fue transformada en canasta por Rabaseda (59-68), en lo que supuso el último intento de los locales. De hecho, Polonia transformó de manera muy fácil sus tres siguientes ataques (59-74) para acabar, ya de manera definitiva, con las aspiraciones del cuadro español. Quedaban seis minutos y España, bloqueada en ataque, ya no opuso excesiva resistencia ante un rival que acabó logrando una meritoria victoria en el pabellón Príncipe Felipe.