En el tramo inicial de la competición, el Casademont Zaragoza se ha distinguido por su sobresaliente desempeño defensivo. Atrás ha edificado un muro sólido, resistente, muy trabajado tácticamente, de permanentes ayudas, que ahoga sin remisión las principales fortalezas del rival. Una barrera férrea, prácticamente inabordable, que resulta especialmente firme en el pabellón Príncipe Felipe, donde sus adversarios se suelen manejar con una dificultad manifiesta.

En su actuación más reciente, el cuadro aragonés arrolló al JDA Dijon (75-60), líder del Grupo D de la Champions, que además se presentaba invicto a la cita tras haber capturado el triunfo en sus cuatro partidos anteriores. Y lo había hecho impulsado por un ataque devastador: el conjunto francés promediaba 88 puntos por encuentro, con un 53% de efectividad en los tiros de campo y un 41% en los lanzamientos triples. En Zaragoza, sin embargo, toda su facturación se redujo a los 60 tantos; un diáfano indicador de la presión ejercida por los aragoneses durante los 40 minutos del choque.

En su otro compromiso europeo como local, el Casademont se agarró a su solvencia defensiva para super al Falco Szombathely húngaro (70-69), en un duelo marcador por el inusual desatino de ambos conjuntos en sus acciones de ataque. En Turquía, en la pista del Besiktas, los zaragozanos también se aplicaron atrás con tesón y perseverancia (73-74), lo que le reportó una importante victoria en rodeo ajeno. Por el contrario, la escuadra aragonesa presenta dos máculas en el torneo continental, ambas a domicilio: en sus actuaciones en Alemania y Lituania, el Casademont sí fue un bloque vulnerable y quebradizo atrás: dobló la rodilla en Bonn (85-71), ante un rival especialmente atinado desde el perímetro; y también ofreció importantes fisuras defensivas frente al Neptunas Klaipeda (91-73), lastrado por las ausencias y por el cansacio acumulado tras un largo desplazamiento.

Tras regresar de Lituania, el Casademont también evidenció síntomas de cansancio en la Liga Endesa, en su compromiso frente al Joventut (90-92), en un duelo que se resolvió en el último segundo desde la línea de personal. Hasta el choque ante los catalanes, los zaragozanos presentaban la mejor defensa de la Liga ACB, con 72 puntos encajados de media por partido en las siete primeras jornadas de la competición. Entonces, los de Porfirio Fisac venían exhibían una fortaleza admirable en su estructura de contención, especialmente en sus compromisos en el pabellón Príncipe. De hecho, el Obradorio (96-64), el Bilbao (84-61) e, incluso, el gigante Barcelona (89-83) vieron reducida drásticamente en Zaragoza su anotación habitual. Una solvencia defensiva que el Joventut, sin embargo, quebró el pasado fin de semana (90-92) tras aprovechar el desgaste físico de los aragoneses.

Pese a todo, el Casademont presenta en la actualidad la tercera mejor defensa de la Liga Endesa, con 75 puntos encajados por partido. Registros superados únicamente por el Real Madrid (72.5) y el Unicaja de Málaga (74) en las ocho primera jornadas del campeonato nacional. Es el muro aragonés. 

Cifras

4,38. El Casademont lidera la clasificación de tapones en la Liga Endesa, con 4,38 bloqueos por partido. Le siguen el Manresa (3,9) y el Real Madrid (3,6).

75. Los aragoneses promedian 75 puntos encajados por partido. Es la tercera mejor defensa de la ACB, superada únicamente por Madrid (72,8) y Unicaja (74).

40,38. El equipo de Fisac es el máximo reboteador de la competición española, con 40,38 capturas por duelo. Por detrás se sitúan Madrid (40) y Murcia (39,5).

60. En su último choque europeo, el JDA Dijon, líder del Grupo D, sólo pudo anotar 60 puntos en Zaragoza, cuando venía promediando 88 tantos por partido.

24. El Casademont contabiliza hasta 24 tapones en los cinco primeros partidos de la Champions, lo que supone una media de 4,8 bloqueos por choque.

8. Hlinason es el jugador del Casademont Zaragoza que más bloqueos suma en Europa (8), seguido de Javier Justiz (5), Benzing (4), Vázquez (3) y Brussino (3).