Valencia 81-CAI Zaragoza 74

El CAI visita al Valencia, conjunto que todavía no ha perdido en este curso ni en España ni en Europa, y que hoy cumple su partido número 1.000 en la ACB.

Tomás Bellas intenta superar la defensa de Rafa Martínez. Detrás, Sikma y Hamilton.
Tomás Bellas intenta superar la defensa de Rafa Martínez. Detrás, Sikma y Hamilton.
Guillermo Mestre

No parece un buen día este 17 de enero de 2016 para visitar Valencia. Nunca es buen día para carearse con un equipo que ha ganado todos los encuentros oficiales del ejercicio 2015-16, tanto en la Liga Endesa ACB como en la Eurocup: 15 victorias en la competición nacional y 12 en Europa. Una a una hasta sumar 27, sin mácula, ahí es nada... Además de este abrumador registro estadístico sin parangón en el baloncesto FIBA en el actual curso (ni Madrid, ni Barça, ni CSKA, ni nadie), los levantinos reúnen más motivos para agregarle alicientes a la cita: hoy a las 13.00 en el pabellón Fuente de San Luis, vulgo la ‘Fonteta’, el Valencia cumple su partido número mil en la ACB. Número redondo para un equipo redondo. Complicado para el CAI. Probablemente nos quedemos cortos con lo de complicado...


Hagamos un poquito de historia. El Valencia Basket brincó a la ACB en la temporada 88/89. Le costó arrancar en la élite. Incluso descendió a la Liga EBA (entonces no había LEB de Oro, ni de Plata, ni de hojalata) en el curso 94/95. El descenso acaeció precisamente el 23 de abril de 1995, Día de San Jorge, patrón de Aragón. Y fue, cosas del azar, en Huesca ante el Somontano Huesca (90-89), en el cuarto partido de la fase por la permanencia. Ese palmeo de Wayne Tinkle sobre la bocina tras escupir el aro el tiro de John Morton...


Más curiosidades: al Huesca lo entrenaba Andreu Casadevall, actual técnico del CAI. Y más curiosidades aún: en la plantilla altoaragonesa estaban censados Joaquín Ruiz, exentrenador del CAI; Willy Villar, director deportivo del CAI; y Gabi Abrines, padre de la estrella azulgrana Álex Abrines. Mucho mérito esa permanencia del Peñas, con Joshua Grant, Kevin Lynch (no confundir con Kevin Lisch, por favor...), Warren Kidd, Xavi Crespo y Nacho Rodilla como rivales de indiscutible entidad.


Nos habíamos quedado en que el Valencia descendió en la pista. Regresó a la élite al año siguiente. Lo hizo en los despachos, adquiriendo la plaza del antiguo CAI (CBZ). Curiosamente, el antiguo CAI descendió en los despachos cuando se ganó en la pista competir en todas las Copas del Rey y en todos los ‘play off’ por el título desde el nacimiento de la ACB. El Valencia entonces era una sección del Valencia de fútbol. Luego dependió de la Asociación de la Prensa de Valencia...


¡Qué historias! Y el antiguo CAI jugando en todas las competiciones con lo mejor de lo mejor hasta en el año de su desaparición... Qué poco se valoró lo que hizo por el deporte aragonés. Qué importante es que el CAI actual mantenga su actual estatus e incluso lo eleve. De vuelta al Valencia, de vuelta a la ACB, la firme apuesta de la familia Roig, propietaria de Mercadona, catalizó a un Valencia que ya lleva más de tres lustros domiciliado en la jerarquía española y europea. Desde luego, ganar 27 partidos de forma consecutiva no constituye un suceso aleatorio: es fruto de una planificación, de un criterio. También del dinero de Roig, por supuesto. Pero detrás de este equipo también se aprecia la mano de un señor entrenador, Pedro Martínez: el mismo que la temporada pasada salvó al Manresa con Fotu y cuatro amigos, ahora va lanzado a por la ACB y la Eurocup.Bueno y bonito

Ha hecho un equipo bien guapo Pedro Martínez. Desde luego, con buenos jugadores es más sencillo jugar. El Valencia los tiene: talento y dotación para el orden por fuera (Diot y Guillem Vives), casta y perrería (Rafa Martínez), muy buena mano (Sato y Shurna), y su verdadero elemento diferencial: jugadores interiores dinámicos que igual asesinan debajo del aro que te fusilan desde la periferia en la línea de tres (Hamilton, Dubljevic, Lucic y Sikma). Jordi Trías completa un plantel de ensueño en el que (ojo al dato...) no se está acusando la baja de un jugador excepcional como Sam Van Rossom. A esta fantástica plantilla la está haciendo jugar Pedro Martínez y, lo que es más importante, la ha dotado de equilibrio. Sí, el Madrid es el que mejor ataca. Sí, el Barça es el que mejor defiende. Pero el que exhibe verdadero equilibrio es el Valencia: tercer mejor ataque (84.53), segunda mejor defensa (72.33) y líder de la competición en asistencias y porcentaje de acierto en triples (42.53%). La estadísticas, la traslación numérica del juego, proclaman al Valencia como mejor equipo de Europa en este instante. Solo un hipotético careo ante el CSKA de Moscú, imposible en el actual curso en un partido oficial, cuestionaría tan concluyente afirmación.


Con esta rival formidable debe medirse hoy el CAI. Casadevall pretende dotarlo de estabilidad. Lo repite de forma retierada. A algunos, como a Jelovac, hasta se lo enfatiza. Qué pena, Jelovac, con esa mano de NBA... Por dentro, Kravtsov ha aportado solidez estructural. Tampoco hacía falta mucho para mejorar a Kanacevic. Por fuera, imagino que Henry se habrá visto el vídeo del Galatasaray. Le conviene rebobinarlo, con una defensa que hoy apretará desde el aro contrario. Por lo demás, hoy se requiere al mejor Bellas, al mejor Sastre, al mejor Benzing, al mejor Norel... Y todo puede ser poco ante un rival que hoy celebra su partido número mil en la ACB. Y que juega a mil por hora...


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