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"Ni antes éramos tan malos ni ahora tan buenos"

SD HUESCA

El goleador Roberto analiza el triunfo en Jerez y valora el buen ánimo del vestuario.

"Ni antes éramos tan malos ni ahora tan buenos"
RAFAEL GOBANTES

Llegó en Jerez, por fin, la primera victoria de la Sociedad Deportiva Huesca. Ante el Xerez, un rival de empaque, de tronío, un serio candidato al ascenso, el conjunto azulgrana desplegó su mejor juego para dar un golpe de efecto y saltar en la clasificación fuera ya de los puestos de descenso.


El triunfo, como las derrotas, se labran en conjunto. Pero es cierto que la conquista del reto tuvo el domingo un nombre propio: Roberto García.


El delantero madrileño fue el autor de los dos goles que encarrilaron la victoria oscense. El estilete recobró el acierto, el olfato, su implicación con el gol. Que es un espaldarazo para un artillero: "Es una alegría inmensa, sobre todo por los compañeros, ya que estábamos trabajando mucho en los entrenamientos y en los partidos, llegando arriba también, pero no teníamos fortuna a la hora de marcar".


El sello de la calidad

Los tantos, además, tienen sello de calidad, la marca de la belleza. El tiempo ha dado poso y perspectiva al delantero. El primero fue un gol desde cuarenta metros: "Yo miré al portero -que estaba adelantado-. De todas formas me gusta darme la vuelta y disparar siempre que puedo, aunque sea sin pensarlo. En una jugada anterior -se adentra el delantero en su narración- había visto que Lledó se colocaba cerca de la línea del área grande. No sé ni por dónde entró porque me caí nada más chutar. Cuando me levanté la pelota ya estaba en la red".


El segundo, otro gol de preciosa factura, remataba el buen trabajo del cuadro de Onésimo y suponía un respaldo, la confianza en que la victoria estaba más cerca: "Me miré con Luis -Helguera- y ya sabía que me la iba a poner por arriba. Creo que el portero pensó que la iba a controlar y se quedó sorprendido. Pero en el área no puedes controlar, no tienes tiempo".


La victoria es también un espaldarazo para el equipo, después de un comienzo irregular. Pero Roberto, portavoz también del sentimiento de la plantilla, quiere mantener los pies en el suelo: "Ni antes éramos tan malos ni ahora tan buenos. Somos el Huesca y necesitamos ir todos al cien por cien".


Pero es verdad que ganar en Chapín supone un plus de prestigio: "Desde luego que sí, pero aquí, como cuando pierdes, no queda otra que seguir trabajando. Nuestra cabeza está ya en el partido contra el Cartagena, en el que debemos conseguir tres puntos, lo primero de todo por nuestra afición".


Pero el equipo no siente la presión. La plantilla sabe que está trabajando para que salgan bien las cosas y que no se trata de llevar a cabo comparaciones con lo que el equipo ha hecho en los años anteriores: "Tampoco he visto nada raro en los comentarios. Sobre todo hemos tenido mala suerte. Es natural que haya algo de crítica después de cuatro jornadas consecutivas perdiendo. Lo más importante es el ánimo del vestuario y aquí estábamos convencidos de que el triunfo tenía que llegar algún día".

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