En el peor momento para su equipo, Ante Budimir falló un penalti de una forma que pocas veces se había visto en el fútbol profesional. El jugador croata, que está cuajando una excepcional temporada con el cuadro rojillo, no acertó desde los once metros con un lanzamiento tremendamente extraño que acabó con un disparo flojo, suave, manso hasta las manos del portero Mamardashvili.

Budimir lucha actualmente el pichichi de Primera División. Lleva 16 goles, solo uno menos que Dovbyk, del Girona. De esos 16, tres han llegado desde el punto de penalti, ya que el delantero internacional croata es un especialista desde los once metros.

Tiene una técnica de lanzamiento singular, en la que habitualmente aguanta mucho el disparo para esperar que el portero se lance a un lado y, entonces, elegir él el lado al que va a disparar. Sin embargo, ayer le salió mal, rematadamente mal. Como siempre, aguantó el lanzamiento al máximo pero, en el momento clave, se desequilibró ligeramente, dudó y acabó ejecutando un disparo muy flojo que el portero del Valencia atrapó sin el más mínimo problema.

Para colmo de males, tras el partido se hicieron exploraciones al jugador y se descubrió que estaba jugando con tres costillas rotas, por lo que tuvo que ser ingresado en la Clínica Universitaria de Navarra, así que tendrá que estar varias semanas de baja. Budimir es el delantero principal de Osasuna y se espera que este verano juegue la Eurocopa con la selección croata.

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Con la derrota de ayer ante el Valencia (0-1), Osasuna pierde prácticamente sus opciones de jugar en la Conference League -plaza que sí que logró el año pasado-, ya que queda a ocho puntos precisamente del Valencia, que es el equipo que ocupa la última plaza que da derecho a jugar en Europa la próxima temporada.