La hegemonía de Verstappen y los horarios intempestivos, enemigos del GP de Australia

Sainz se encuentra en Melbourne, pero no a tope tras la operación de apendicitis, y Alonso aún debe dar con la tecla en medio de rumores sobre su futuro

Max Verstappen
Max Verstappen
JOEL CARRETT

Hace no tanto tiempo, la llegada del GP de Australia de Fórmula 1 se recibía con emoción por parte del aficionado medio de la Fórmula 1. Desde los más veteranos que presumen y reparten carnets de ortodoxia formulera, pasando por los jóvenes que pueblan las redes con memes de Fernando Alonso, la cita de Melbourne se esperaba con alborozo, casi como si fuera la noche de Reyes. No era para menos: arrancaba el Mundial.

La mercadotecnia y el ingente dinero proveniente de los países de Oriente Medio ha provocado todo lo contrario. La tercera cita del año será la que albergue la ansiada carrera en las antípodas europeas, y por cuestiones horarias no invita a que los aficionados se planten delante del televisor para ver un Gran Premio que, salvo máxima sorpresa, está casi decidido.

Un buen termómetro de esta situación es visitar las comunidades de aficionados españoles propiciadas por dos de los principales podcasts de Fórmula 1 de España: Keep Pushing F1 y GP Cast. Conducidos ambos por periodistas y aficionados muy especializados, algunos calificados incluso de frikis de esta temática, los cientos de personas que pueblan sus canales de Telegram han mostrado su hastío en estas dos semanas entre la cita de Arabia Saudí y esta. Muchos de ellos plantean que no van a ver la carrera en directo, ya que las cinco de la mañana no es un horario que invite mucho a hacerlo, pero otros tanto afirman que la van a ver repetida o incluso "volver a la cama después de ver las dos primeras vueltas". "Total, ya sabemos lo que va a pasar", se lamentan.

No les falta mucha razón. Sería una sorpresa mayúscula no ver de nuevo a Max Verstappen en la pole el sábado y en lo más alto del podio el domingo e incluso si la primera condición no se cumple, es harto probable que sí sea la segunda. Se vio perfectamente en las citas de Sakhir y Yeda: el Red Bull RB20 es más superior al resto de lo que lo era en 2023, como demuestra no solo el rendimiento del tricampeón reinante, sino de su más que mejorable compañero, un Sergio Pérez que ha encadenado dos segundos puestos consecutivos de manera muy cómoda.

La gran pregunta es quién acompañará en el previsible podio. Porque en las dos primeras carreras se repitió el color, aunque no el piloto, del tercer puesto y en esta ocasión hay un condicionante serio.

Certezas e incertidumbres

Carlos Sainz se encuentra en Melbourne pero no al 100%. Él mismo confesaba que, después de tener que perderse la clasificación y la carrera en Arabia Saudí por la apendicitis que le mandó de urgencia a un hospital, tenía muchas ganas de estar de nuevo en el coche, aunque no se encuentra en plenas condiciones.

Este será uno de los valores a tener en cuenta, y por si acaso el esperanzador Oliver Bearman está dispuesto a volver a sustituirle. "No soy tonto, y si no me encuentro bien, diré que necesito dos semanas más hasta la próxima carrera en la que me suba al coche", señalaba ante los periodistas en el paddock 'aussie'. Ya no le debe lealtad más que a sí mismo después de la patada que le han dado en Ferrari para 2025 y, por tanto, no es necesario que fuerce.

De igual manera, Fernando Alonso quiere buscar el punto óptimo de rendimiento después de dos mejorables carreras. Las sensaciones de este inicio de la campaña 2024 son muy diferentes a las de 2023, porque si bien los sábados (en este caso, viernes, debido al Ramadán) previos ha resuelto las clasificaciones mucho mejor de lo esperado, el preocupante ritmo de carrera que ha tenido trae por la calle de la amargura a los de Aston Martin. Recuperar la ilusión por el podio y las victorias puede ser más determinantes de lo que parece no solo para el equipo, sino para el propio Fernando Alonso, que de nuevo ha respondido sobre cuestiones acerca de su futuro: a falta de emoción en pista, buena es la que hay en los despachos.

El asturiano sigue ocultando sus cartas al respecto. "Lo que diga podría tomarse a mal. Así que prefiero no hacer comentarios hasta que tome primero la decisión de continuar", advirtió de nuevo, aunque ante los rumores de poder irse a Mercedes o Red Bull, donde puede encontrar acomodo para un último canto de cisne, Alonso ha señalado que, "por lealtad", a la primera oficina que irá será a la de Aston Martin. Quizá para despedirse, quizá para firmar un nuevo contrato: solo él lo sabe.

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