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Mireya Arnedillo: "En mis vacaciones no corro ni para coger el autobús"

La atleta aragonesa (Zaragoza, 2003) acaba de proclamarse campeona de España sub-23 en 1.500 metros. Es internacional con España, compite con el Playas de Castellón y, además, estudia psicología.

La atleta Mireya Arnedillo sonríe junto a su medalla de oro.
La atleta Mireya Arnedillo sonríe junto a su medalla de oro.
Oliver Duch

¿Cómo se siente después de proclamarse campeona de España sub-23 de 1.500 metros?

Estoy feliz, contenta y muy orgullosa de todo el trabajo que hemos hecho todo el equipo. Yo no soy la única que corre, detrás de mí hay muchas personas. Partía como favorita, pero en una competición así pueden pasar muchas cosas. El objetivo era ganar el oro.

Es capaz de correr un kilómetro y medio en 4:11.06.

Es mi mejor marca personal, pero hoy pongo rumbo a Barcelona para intentar batirla. Después llegará el Europeo, que es del 13 al 16 de julio en Finlandia. Lo último será el Campeonato de España absoluto, a finales de mes.

¿Por qué se hizo atleta?

Es un camino que inició mi hermana Lorena, que es tres años mayor. Empezó a competir en la Agrupación Deportiva Pirineros cuando yo hacía gimnasia rítmica. Fui a verla un día al Palacio de Deportes y coincidí con Jesús Romero, mi actual entrenador. Él me propuso probar.

Y desde entonces, 12 años después, hasta hoy...

Me conoce desde los ocho años, fue incluso mi profesor. Hubo una temporada que lo veía casi más a él que a mi familia. Hemos crecido literalmente juntos, ha sido una relación muy poco a poco. Jesús está presente todos los días, excepto las dos semanas de vacaciones que tengo al año.

¿Cuándo serán?

Las dos primeras de agosto.

Hábleme de esos días. ¿A qué dedica el tiempo?

Intento viajar y pasar tiempo con los míos, mi familia y mis amigos. Hago cualquier cosa que no sea estudiar ni entrenar. Es un poco extraño, pero se agradece porque el nivel de estrés que llevo durante el año es muy alto. De correr no hago nada, solo algo de natación, bici… En las vacaciones no corro ni para coger el autobús.

Y durante el año, ¿es una persona puntual o va corriendo a todas partes?

Soy muy puntual, suelo llegar antes de la hora. No me gusta esa adrenalina que la gente siente por ir tarde. No la quiero para mí.

Vive en Zaragoza, compite con el Playas de Castellón y su nutricionista está en Andalucía. Explíquenos cómo lo hace.

El atletismo no es como el fútbol o el baloncesto, que tienes que estar en la ciudad con tu propio equipo. Yo, por suerte, puedo entrenar aquí, con los míos, mientras compito con mi equipo, el Playas de Castellón.

Pero usted es muy, muy, de su ciudad, Zaragoza.

Soy muy de casa, de mi entorno, mis rutinas… me encanta entrenar en el Parque Grande, con mi entrenador, mi grupo. Soy una persona muy familiar. Como aquí lo tengo todo, no tengo necesidad de irme a ningún sitio, la verdad.

He visto que hasta le acompaña la Virgen del Pilar en cada carrera...

La madre de un chico que entrenaba conmigo me hizo unos lazos con las medidas de la Virgen. Tengo de todos los colores, van acorde a todas las equipaciones: Aragón, España, el Playas de Castellón...

Siempre junto a sus inseparables y características trenzas.

De pequeña me las hacía mi tía. Hasta que fui internacional y pensé: no puedo depender de ella para que me las haga. Así que me puse tutoriales en internet para aprender.

No parecen fáciles de hacer...

Creo que están muy bien hechas, la verdad (ríe). Tardo unos 15 o 20 minutos en cada trenza, pero lo hago encantada. La imagen de Mireya Arnedillo está siempre asociada a las trenzas.

Antes me decía que, al final de esta entrevista, tenía una cita con su nutricionista. ¿Come de todo?

La alimentación es otro pequeño detalle que hay que cuidar. Somos lo que comemos.

Ahora que no nos escucha nadie, algún capricho se dará...

Me encantan las patatas fritas. Si como o ceno por ahí, nunca falta un buen plato de bravas. Y, sobre todo, un buen helado. Hay días que mi familia se come unos huevos rotos con jamón, y yo mi arroz con pechugas. Al principio cuesta, pero después asumes que debe ser así.

Además de ser una brillante atleta, ha encaminado su vida hacia la psicología.

He acabado segundo de carrera y la estoy disfrutando mucho. Fue durante la pandemia cuando tenía que decidir qué estudiar. Me di cuenta de la importancia de la mente para competir, es un 50% del éxito. Ahora soy capaz de poner nombre a situaciones que he vivido. Ojalá, en un futuro, pueda ser psicóloga deportiva, pero no me cierro ninguna puerta. También me gustaría, en algún momento de mi vida, hacer un triatlón y aprender a tocar el piano.

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