fútbol sala

Pinseque quiere volver a ser de plata

El club zaragozano encara el ‘play off’ de ascenso a Segunda División. Quince años después, puede regresar a la categoría que enamoró al pueblo del fútbol sala. 

La plantilla del Pinseque confía en que el equipo logre el ansiado ascenso a Segunda División.
La plantilla del Pinseque confía en que el equipo logre el ansiado ascenso a Segunda División.
Adriana Fuste

Década y media después, Pinseque quiere volver a ser de plata. El pueblo entero, un pueblo que siente como pocos la emoción del fútbol sala, está convencido de que este año es el del regreso a Segunda División. Una categoría en la que el equipo ya militó, y en la que ahora podría encontrarse con el Colo-Colo y -ojalá no- el Sala 10 Zaragoza.

Tras una notable temporada, el equipo finalizó la liga regular en tercera posición. El Otxartebe de Bilbao (segundo clasificado) será su primer rival en el ‘play off’ que comienza este sábado. La ida se disputa en la localidad zaragozana, donde se espera que más de 1.000 personas llenen el pabellón, y la vuelta el 20 de mayo en tierras vascas.

En caso de salir victorioso, el Pinseque FS todavía tendría que afrontar dos rondas más. Los emparejamientos se realizarían a sorteo puro, con conjuntos de los otros seis grupos (cinco de la península y uno de las islas Canarias) que actualmente integran la Segunda División B española.

Tal y como explica su entrenador, Dani Salanueva, «el gran valor del Pinseque actual reside en la cantera». Hasta cinco jugadores son nacidos allí, y otros tantos se formaron en las categorías inferiores de un club que apuesta por un «proyecto a largo plazo».

Excepto Ángel Gascón y el capitán, el veterano Cristian Herrando, todos los integrantes de la plantilla oscilan entre los 18 y los 23 años. Une media de edad baja, que tiene sus virtudes y también ciertos inconvenientes.

«La ilusión de los chavales es increíble, vuelan, pero hay momentos en los que pecamos de falta de experiencia», añade Salanueva, rememorando el ‘play off’ de la pasada campaña en el que el Pinseque FS cayó, precisamente, ante el mismo rival con el que se medirá este fin de semana.

«Salimos muy nerviosos y lo pagamos. En un abrir y cerrar de ojos íbamos perdiendo 0-4 y, aunque después nos metimos en el partido, era demasiado tarde. Acabamos 4-6 y fuimos eliminados porque la eliminatoria era a partido único», explica el técnico, y espera que lo ocurrido entonces les haya servido para «aprender».

Viejos recuerdos

El Municipal de Pinseque será una olla a presión para recibir de nuevo al Otxartebe. La ilusión se ha desbordado entre unos aficionados que incluso han querido hacer camisetas de apoyo al equipo. «El orgullo de un pueblo», reza el eslogan que lucirán el sábado, en el primer asalto hacia la categoría que tan bellos recuerdos genera.

Entre 2004 y 2008, el club blanquiazul ya se paseó por segunda categoría. Fue antes de que la maldita crisis económica les dejase sin su patrocinador principal, la constructora Horcona, y se viesen obligados a renunciar a su plaza a pesar de no haber descendido deportivamente.

De aquel equipo formaron parte jugadores de la talla de Rubén Garrido (portero), Iván Paluzo (ala) o el brasileño Bartolo (pívot). Ahora, el grupo que Salanueva define como una «familia» busca devolver a Pinseque aquellos años dorados (o plateados) que despertaron la ilusión.

«El fútbol sala se convirtió en una religión aquí. Unos 150 niños vienen a vernos cada partido. Por encima de los resultados, por encima de lo que ocurra este sábado y en lo que nos queda, ese es nuestro gran triunfo», finaliza el preparador del Pinsque FS.

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