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Multitudinaria y calurosa salida de la Orbea Monegros 2023
Unos 8.000 corredores participan en la maratón y la media maratón, que han comenzado este sábado a mediodía en Sariñena.
La Orbea Monegros ya está en marcha. A las 12.00, y después de una coreada cuenta atrás, los confetis han coloreado el cielo y los 8.000 bikers han comenzado a rodar, con el ánimo de hacer suya una de las pruebas más icónicas y singulares de Europa. En su modalidad, es la más multitudinaria.
La salida está siendo escalonada, cajón por cajón, sin que el ánimo decaiga entre los que se lanzan al reto de conquistar el desierto de Los Monegros y los que les acompañan en su aventura a través de aplausos y gritos. Por delante, los inscritos a la Maratón tienen 118 kilómetros y los de la Media Maratón, 81.
Procedentes de casi todos los rincones de la geografía española así como de varios países extranjeros, los participantes de las dos pruebas han copado las inmediaciones del recinto ferial de Sariñena, donde está situado el punto de salida y meta de un evento que transciende lo deportivo. No hay clasificación ni premios. Tan solo una serie de reconocimientos dirigidos a distinguir valores como el espíritu de aventura, el sacrificio, el afán de superación o el compañerismo.
El gran ambiente, la excelencia en la organización y la dosis de aventura asociada al desierto de Los Monegros están entre los principales alicientes de aquellos y aquellas que han conseguido hacerse con una plaza en la popular maratón. Su lema resume su espíritu: “Yo estuve allí”. Y eso es lo que quieren sus 8.000 inscritos: formar parte de una prueba única, que se ha ganado el calificativo de legendaria y que derrocha atenciones hacia el corredor. “Teníamos muchas ganas de conocer esta prueba y vivir la experiencia”, ha señalado uno de los inscritos, Víctor Ferri, antes de subirse a la bicicleta. En su caso, ha llegado, junto a otros cinco amigos, desde Valencia.
La salida de este año ha sido una de las más animadas, con un exhibición previa de trial. También está previsto que por primera vez haya música en directo en varios de los avituallamientos.
El reto deportivo es asumible. De hecho, es una prueba sin grandes desniveles, donde la mayor dificultad suele estar en la suma del largo trayecto y las condiciones climáticas. Las altas temperaturas y por supuesto, la falta de lluvias van a jugar su papel en esta edición. La práctica totalidad del recorrido discurre por caminos, donde el paso de miles de bicicletas machará el seco terreno y levantará abundantes nubes de polvo. No será fácil; los ciclistas deberán protegerse del polvo y además, evitar que las ruedas se claven en las zonas más arenosas. “No es una prueba complicada, pero hay que sufrirla; hemos tenido años muy duros”, ha señalado uno de los veteranos, Juan Quesada, con seis ediciones a sus espaldas.
Los primeros en atravesar la línea de meta lo harán en menos de cuatro horas. Aunque no es una prueba competitiva, son muchos los que salen a por todas y se disputan el honor de la victoria.
La prueba está pensada para que cada inscrito la haga suya y vea cumplido su objetivo, sea cuál sea, desde estar entre los más rápidos hasta disfrutar sin prisas del gran ambiente. También puede ser su principal reto deportivo.
María Torralba, vecina de Zaragoza, será la que reciba este año el reconocimiento a la superación. "Hace seis años, tuve que enfrentarme a un cáncer, que me llevó a cambiar de vida y adoptar hábitos más saludables". "A raíz de ello, me enganché al deporte. Ahora estoy totalmente recuperada e ilusionada de asumir este reto de la Orbea", ha señalado. Acompañada de otras de las integrantes del club 'Mañicas Bike Team', su objetivo es "acabar y disfrutar ". Y el ambiente es el propicio.
