Las MotoGP despiertan de su letargo

Las tres jornadas de entrenamientos en el circuito de Sepang pondrán fin a más de tres meses sin actividad en la pista y serán clave para comprobar si Honda ha construido una moto ganadora para Marc Márquez.

36 Mir Joan (esp), Suzuki GSX-RR, Team Suzuki Ecstar, action during the 2020 MotoGP Gran Premio Motul de la Comunitat Valenciana, from November 13 to 15, 2020 on the Circuit Ricardo Tormo, in Valencia, Spain - Photo Studio Milagro / DPPI..AFP7 ..14/11/2020 ONLY FOR USE IN SPAIN[[[EP]]] 36 Mir Joan (esp), Suzuki GSX-RR, Team Suzuki Ecstar, action during the 2020 MotoGP Gran Premio Motul de la Comunitat Valenciana, from November 13 to 15, 2020 on the Circuit Ricardo Tormo, in Valencia, Spain - Photo Studio Milagro / DPPI
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Se acabó la espera. 94 días después de que se cerraran los boxes en el Circuit Ricardo Tormo de Valencia, las MotoGP volverán a rugir al otro lado del planeta. Y como es tradición, el trazado de Sepang (Malasia) encenderá el semáforo de la pretemporada, con el primer test oficial de 2023. Serán tres maratonianas jornadas (la pista estará abierta de 03:00 de la madrugada a 11:15 en horario peninsular español), donde el calor y la humedad asfixiantes propios del país ecuatorial pondrán a prueba, no solo las prestaciones de las motos, sino también el estado físico de los 22 pilotos que componen la parrilla de la categoría reina, después de tres meses de parón.

Ha sido un período de hibernación más largo de lo habitual, en parte porque el Mundial de fútbol de Qatar adelantó el final del pasado campeonato. Las fábricas han tenido tiempo suficiente para aplicar sobre el papel lo que sus pilotos les pidieron en el mes de noviembre. Pero una cosa es la teoría y otra la práctica, y hasta que las MotoGP no pisen el asfalto no se sabrá si se ha acertado o no con el desarrollo. Esto tres días de test serán fundamentales para acumular los máximos kilómetros posibles, teniendo en cuenta que solo habrá otro entrenamiento en Portimao (Portugal), ya en el mes de marzo, antes de que el Campeonato del Mundo de 2023 eche a rodar oficialmente en el trazado luso.

No todas las fábricas afrontan el test con las mismas exigencias. Después de un año histórico para Ducati en el que conquistaron la triple corona (títulos de pilotos, constructores y equipos), no se espera una gran revolución en la máquina italiana. Más bien, continuidad para intentar no bajarse del pedestal en el que se encuentran con respecto a su competencia. Tienen más motos que nadie (ocho) y todos sus pilotos cuentan con al menos un año de experiencia con la fábrica italiana, salvo el recién llegado Álex Márquez. Las otras dos marcas europeas presentes en el campeonato, Aprilia y KTM, también buscarán conservar un estatus de 'outsiders' que se ganaron la pasada temporada, especialmente en el caso de los italianos, que tienen en Aleix Espargaró y Maverick Viñales a dos aspirantes a todo.

Una situación que contrasta con la que viven las fábricas japonesas, acostumbradas a dominar la velocidad sobre dos ruedas y que han visto cómo en los últimos años las marcas del Viejo Continente les han comido la tostada. Con Suzuki fuera de juego tras salir del campeonato a finales de 2022, Honda y Yamaha están obligadas a dar un paso al frente. Cuentan con los dos mayores talentos de la actual parrilla, Marc Márquez y Fabio Quartararo, y en los últimos tiempos no han estado a la altura de sus pilotos. El hándicap de las Yamaha estaba en la falta de velocidad punta, y era una constante ver cómo el francés perdía en las rectas lo que ganaba en las zonas más reviradas de los circuitos. Desde el año pasado Yamaha ha estado trabajando en conseguir más potencia y en las pruebas que hicieron con el primer prototipo de 2023 ya vieron una mejora significativa en esta parcela. El caso de Honda es más complejo porque tienen un problema de base.

En el punto de mira

Desde que Marc Márquez se lesionó en el año 2020, Honda quedó fuera de juego. Durante años habían construido una MotoGP que se adaptaba a la perfección al agresivo estilo del catalán, pero que era un suplicio para el resto de sus pilotos. La larga ausencia de Márquez mostró las costuras de un proyecto fallido que en las últimas tres temporadas ha firmado sus peores registros históricos en el campeonato. Lo malo es que tenían una moto inconducible; y lo peor es que cuando un piloto de Honda buscaba el límite, lo normal era que acabara por los suelos. Urgía una revolución de cara a 2023.

Sin embargo, las primeras pruebas con el nuevo prototipo el pasado mes de noviembre en Valencia no fueron como esperaban y Márquez compareció antes los medios con gesto serio y soltó una frase que se grabaron a fuego en la compañía nipona. "Esperaba algo más de la nueva moto, pero tenemos los mismos problemas que en 2022. Cuando empiece la pretemporada en Sepang, ya no valdrá con dar un paso; tendrán que ser dos". Honda está obligada a reaccionar y aterriza en Malasia después de reemplazar a su máximo responsable técnico, Takeo Yokoyama, y sustituirlo por el hombre que dirigía el proyecto de MotoGP en Suzuki, Ken Kawauchi. Un cambio de caras que no valdrá de nada si después de estos tres días de test a Márquez no le devuelven su sonrisa.

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