fútbol

Una portería hereditaria en Tamarite

El bisabuelo, el abuelo y el padre del guardameta Edgar Sorinas Castanera cuidaron antes que él el portal del equipo de fútbol de la Litera, la gran revelación de la Tercera División aragonesa

Juan José Castanera, Edgar Sorinas Castanera y José Antonio Sorinas.
Juan José Castanera, Edgar Sorinas Castanera y José Antonio Sorinas.
Heraldo

Sorinas Castanera. Los dos apellidos nos remiten a fútbol regional del bueno en Aragón. Son los apellidos de Edgar Sorinas Castanera, el guardameta que abandera la cuarta generación que cuida la portería del CDJ Tamarite. Antes que él, su padre, su abuelo y su bisabuelo defendieron el portal literano. Sin ninguna duda, una de las sagas de más tronío en la regional aragonesa.

Antes de nacer, estaba clarísimo que Edgar iba a ser portero de fútbol. "Lo fueron mi bisabuelo, Juan Castanera; mi abuelo, Juan José Castanera; y mi padre, José Antonio Sorinas... Y claro, yo también", comenzó a narrar Edgar, guardameta del Tamarite, equipo revelación este curso en la Tercera aragonesa, peleando incluso por las primeras plazas de la clasificación.

Los inicios de Edgar están ligados a Lérida, ciudad mucho más próxima y mejor comunicada con Tamarite de Litera que Zaragoza. "Nací en Lérida, que está cerca de Tamarite. Comencé a jugar en Tamarite en edad alevín. De allí pasé a La Bordeta de Lérida en infantiles. Después me fichó el FIF Lleida, y luego pasé al Atletic Segre. En juveniles vino a ficharme el IPC de Huesca para jugar en Liga Nacional Juvenil. Allí hicimos una gran temporada y casi ascendemos a División de Honor Juvenil", evocó.

Su padre, el mítico José Antonio Sorinas, exguardameta del Deportivo Aragón en Segunda División A y de los mejores clubes de la provincia de Huesca, siempre estuvo muy cerca del crecimiento de Edgar, que el pasado curso, con 19 años, se incorporó al Tamarite. "Es amor de padre... Yo intento hacer bien las cosas y, afortunadamente, nos están saliendo bien. Además, siempre es bonito defender la misma portería que antes defendieron mi padre, mi abuelo y mi bisabuelo", apuntó.

Y es que, antes de que Edgar Sorinas Castanera clausurara la portería del Tamarite, tres guardametas de su misma estirpe hicieron lo propio. Él no los vio jugar, pero sí su madre, Mari Paz Castanera, madre, esposa, hija y nieta de los cuatro porteros de leyenda del Tamarite. "Edgar nació en 2002, que es el portero actual. Me casé con José Antonio Sorinas en 2001. Antés, mi padre, Juan José Castanera, fue el portero. Mi padre, que ahora tiene 76 años, incluso entrenó con la selección aragonesa juvenil en los tiempos en que Ramallets entrenaba al Real Zaragoza (1963). Pero Tamarite está muy lejos de Zaragoza, muy mal comunicada, y dejó de ir y se quedó aquí. Mi abuelo también jugó en el Tamarite. Más personas de mi familia, como mi tío Luis Javier, también ayudaban todo lo que podían al equipo. Luis Javier incluso llegó a ser vicepresidente del club", explicó.

El caso es que el Tamarite había fichado a un gran portero nacido en Monzón y que habían jugado en los mejores equipos de Aragón (Deportivo Aragón, Barbastro...). Y el Arconada de la regional aragonesa se lesionó en el codo... Y Mari Paz era masajista en Tamarite. "Recuerdo que se lesionó y yo le hice la recuperación de la lesión. Después, con el paso de los años, nos casamos. Y al año de casarnos, nació Edgar, que hoy es el portero del Tamarite", verbalizó la mamá del joven portero del Tamarite.

Lo dicho, que estaba escrito que Edgar un día cuidaría el portal de La Colomina, el campo del Tamarite, pues en la misma Colomina se conocieron sus padres. José Antonio, a sus 59 años, es ahora el entrenador de porteros de La Almunia de San Juan. Hace apenas dos meses, a punto de cumplir los 60 años, se hizo la ficha y volvió a jugar al estar sancionado el portero titular. Edgar también siente pasión por el fútbol y por el Tamarite, la misma pasión que toda su familia. "En un principio, el objetivo era salvarnos, pero estamos trabajando mucho. En casa somos muy fiables. No es sencillo ganarnos... El otro día la pifiamos y perdimos en Cariñena, que va abajo en la clasificación. Es cierto que hacía mucho viento. No podía casi ni sacar de portería... El domingo viene el Caspe a Tamarite, que está abajo pero es buen equipo. A ver si les ganamos y seguimos arriba en la Tercera", concluyó Edgar, el continuador de una saga sin parangón en el fútbol aragonés, la de los Sorinas Castanera.

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