motor

Una zaragozana en el Dakar: "El tiempo corre cuando se avería el coche y hay que reaccionar rápido"

La copiloto Lidia Ruba compite junto a su marido Juan Morera; ambos repiten experiencia en el mítico rally, que se celebra en Arabia Saudí.

Lidia Ruba y Juan Morera, antes de comenzar el Dakar de 2023.
Lidia Ruba y Juan Morera, antes de comenzar el Dakar de 2023.
HA

Aventurera, competitiva y apasionada del motor. La zaragozana Lidia Ruba no solo repite este año en el mítico Dakar, sino que en esta ocasión aspira a subirse, junto a su marido, el barcelonés Juan Morera, a los primeros puestos del podio en la categoría Classic. 

En esta competición con décadas de historia -comenzó en África, se trasladó a Sudáfrica y ahora está instaurada en Arabia Saudi-, el catalán se encarga de dirigir el volante y la aragonesa, a su derecha, de la orientación. Uno no sería nada sin el otro.

"Juan conduce con agilidad por los diferentes lugares que hay que atravesar, que no son nada sencillos. Mi trabajo es guiarle", explica la zaragozana. Es la brújula. La función del copiloto es más que vital para no perderse en el desierto. "Al comienzo de cada día nos dan un libro con viñetas donde se especifica qué hay que hacer en cada momento. Como solo lo tenemos unas horas antes de que empiece la etapa, yo intento estudiármelo y retener la mayoría de cuestiones", señala Lidia Ruba, ingeniera y arquitecta técnica cuando sale del coche. En esta cuartilla, añade, "se especifica, por ejemplo, hacia donde hay que tomar la curva y cuantos grados hay que girar".

"La verdad que me da pena no estar con mi familia, pero estoy viviendo esta experiencia increíble con mi marido"

El compañero de aventuras de este matrimonio, un Toyota HDJ80 -un vehículo robusto y potente-, sustituye al Fiat Panda 4x4 con el que compitieron en el último Dakar. Por el momento, las averías han quedado entre las pesadillas de la última competición y ahora celebran el año nuevo desde el primer puesto de la clasificación general tras superar cuatro etapas.

"El año pasado se nos averió muchas veces el coche, pero en esta ocasión solo hemos tenido un día más problemático. Llovió mucho y no se veía casi nada. Era todo ríos y, aquí, en Arabia Saudí, como no filtra el agua estábamos como en medio de un lago", cuenta. En una maniobra, prosigue, chocaron contra una roca y "dos ruedas se pincharon". "El tiempo corre cuando se avería el coche y hay que reaccionar rápido. Salimos los dos a toda prisa y nos pusimos a cambiar las dos ruedas. Yo desatornilla y atornillaba y mi marido colocaba las ruedas y movía el gato hidráulico", relata.

En pocos minutos, Lidia Ruba y Juan Morera ya rodaban sobre las inmensas dunas. "Aunque lo solucionamos rápido, teníamos el miedo de volver a pinchar porque no teníamos más ruedas de repuesto", reconoce la zaragozana, que no regresará a España hasta el próximo 16 de enero. Todavía les quedan 10 etapas y estar en cabeza de competición les motiva para luchar y creer que pueden terminar en esa posición. 

"Tenemos mucha complicidad y confianza, aunque en ocasiones, eso se pone en nuestra contra"

Es pura pasión. Y compiten con un fin solidario. Tienen tres hijos y se han perdido la Nochevieja, el Año Nuevo y tampoco estarán para la noche de los Reyes Magos, pero Morera y Ruba tienen un proyecto especial detrás y quieren llevarlo a buen puerto entre las arenas del desierto. Con el dinero que han obtenido de sus 'sponsors' van a colaborar con un proyecto de la ONG 'Bicicletas sin Fronteras', que persigue facilitar el acceso a la educación de niños y jóvenes en Senegal. 

En el país africano, donde antiguamente acababa el Rally Dakar, centenares de niños y niñas tienen que caminar "más de once kilómetros todos los días para ir a la escuela y la organización quiere, a través de bicicletas, que les sea más sencillo llegar al colegio y se reduzca así el absentismo escolar".

Lidia Ruba y Juan Morera, durante una etapa de este Dakar.
Lidia Ruba y Juan Morera, durante una etapa de este Dakar.
HA

"La verdad que me da pena no estar con mi familia, pero estoy viviendo esta experiencia increíble con mi marido, que es un apasionado del Dakar. Además, el fin es solidario y es muy especial para nosotros", apostilla. Esta aventurera no se atreve a predecir si a partir de ahora no se perderán ninguna edición. "El año pasado dije que no volvería porque no lo pasamos del todo bien. Los de la organización predijeron que sí que regresaría. Y así ha sido", argumenta. 

De hecho, recuerda, no fue su decisión participar en el Dakar. "A mi marido siempre le ha gustado todo lo que tiene ruedas. Me contó en una cena con amigos que nos íbamos a competir. De primera dije que no, pero luego pensé que con quién iba a ir. También pensé que conmigo iba a estar bien", recuerda la zaragozana. 

La ilusión que muestra confirma que fue una buena decisión. "Tenemos mucha complicidad y confianza, aunque en ocasiones, eso se pone en nuestra contra", subraya. Ahora, luchan por regresar junto a sus tres hijos, Valentina -9 años- y los mellizos Claudia y Max -de 6 años- con la medalla de oro. Por el momento, han tomado la mejor ruta para conseguirlo.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión