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Dos aragoneses participan en una de las carreras más duras del mundo

Se trata de la Spartathlon de Atenas, épica ultramaratón que celebra su 40 edición este fin de semana y en la que correrán dos zaragozanos durante casi 36 horas.

Los aragoneses Ismael Zárate (arriba) y César Sanjuán (abajo) forman parte del equipo español.
Los aragoneses Ismael Zárate (arriba) y César Sanjuán (abajo) forman parte del equipo español.
Heraldo

En 1983 un grupo de ingleses decidieron rememorar la hazaña lograda por el mensajero Filípides, enviado desde Atenas a Esparta para pedir ayuda durante la invasión persa. Hoy, ese circuito de 245 kilómetros -que une sendas ciudades- se ha convertido en el escenario de una de las carreras considerada de las más duras del mundo. ¿La meta? Ubicada a los pies de la estatua de Leónidas I, el rey espartano que murió en la batalla de las Termópilas luchando contra los persas.

Este año, representando a España en un grupo de seis corredores -de entre 388 llegados de todo el mundo-, se cuelan dos aragoneses; César Sanjuán (53) e Ismael Zárate (44). ¿El objetivo? A priori ambos coinciden: “Terminarla”. Para los amantes de la ultra distancia, esta carrera sería algo así como el equivalente al Mundial de Fútbol.

A esta 40 edición de la carrera se han presentado más de 1.300 solicitudes, 20 de España. “Se selecciona mínimo a uno por país, y si hay más de una ficha se realiza por sorteo, en nuestro caso hemos pasado seis españoles”, explica Sanjuán, que lleva desde 2019 soñando con lograr esta plaza.

Llegar hasta ahí no es nada fácil. Estos son los requisitos para inscribirse: “Haber finalizado una prueba de 120 km para hombres o 100 km para mujeres en menos de 12 horas; una de 200 km en 29 o 30 horas, respectivamente; o tener una participación en la prueba y haber llegado a la mitad en menos de 24 horas y 30 minutos”, relata el corredor de La Almunia de Doña Godina. Ingeniero en la Opel, empezó a correr con 30 años y casi por casualidad. “Me gustaba y tenía muchas facilidades. Lo primero que hice fue una media maratón, desconocía que hubiera carreras más cortas”, reconoce, entre risas.

César Sanjuán, con la camiseta de la Selección Española.
César Sanjuán, con la camiseta de la Selección Española.
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De repente, y por probar, un día decidió tratar de llegar corriendo de La Almunia a su casa de Zaragoza. “Al llegar me fui a jugar al parque con mi hijo, pensé que posiblemente se me daba bien, así que empecé a leer estudios y a prepararme en serio”, admite. Un hobby que le ha llegado a disputar algunas carreras míticas como el Maratón de Sables.

La carrera tendrá lugar los días 30 de septiembre y 1 de octubre, con una duración máxima de 36 horas. La salida se ubica en la mismísima Acrópolis de Atenas. El zaragozano lleva tres años preparándose, aunque la noticia de la clasificación no la obtuvo hasta marzo. Y no es para menos. Con un desnivel de 1.200 metros y distintos escenarios -carretera asfaltada, sendero y montaña-, el reto deportivo promete hacerse largo.

Está nervioso, pero le pueden las ganas. En su móvil lleva una fotografía de las “paradas en boxes” que tiene programadas. En la última de ellas, junto a la bandera de España, se vislumbra un cachirulo. “Me encantaría cruzar la línea de meta con él puesto”, reconoce.

Cada 3 o 5 kilómetros hay un puesto de avituallamiento con alimentos, agua y suministros personales de los corredores: “Parar en todas sería una locura, perderías más de dos horas”. Por eso, además del entrenamiento físico y mental, la organización es fundamental. Además, a lo largo del trayecto hay un total de 75 puntos de control. Llegar más tarde de la hora oficial de cierre de cada una de ellas supone la expulsión automática. Cada año tan solo logran llegar a la meta un 35% de los corredores.

Ismael Zarate, entrenando ya en la isla griega de Lefkada.
Ismael Zarate, entrenando ya en la isla griega de Lefkada.
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Ya en Grecia se encuentra el otro aragonés participante, el odontólogo zaragozano Ismael Zarate. Ambos aseguran sentirse muy orgullosos de poder representar a España. “He leído tantas crónicas de algunos referentes del ultrafondismo a nivel mundial que me parece un sueño. Quería vivirlo al menos una vez en la vida”, asegura el corredor. Se refiere al griego Yiannis Kouros, quien tiene el récord en superar la prueba en tan solo 21 horas; o al americano Scott Jurek, entre otros. “Es un orgullo, y sobre todo una gran responsabilidad”, añade.

A por la corona de olivo

En el caso de los corredores, aunque con métodos distintos, el entrenamiento físico ha sido prioritario durante estos meses. “He corrido unos 4.000 kilómetros en lo que va de año, en mi caso he optado por el multideporte, he preferido no quemarme en carrera y llegar en la mejor condición física posible”, advierte. Porque, como explican, llegar a la meta ya sería todo un logro.

Acabar ya sería un hito mayúsculo. Todo lo que sea recortar horas a tiempo de corte sería un éxito añadido. Lo que quiero es disfrutar mientras se pueda, sabiendo que tocarán momentos de sufrimiento”, añade. Y es que correr durante 36 horas, día y noche mediante, con temperaturas que rondan los 30 grados de día, no es tarea fácil.

Afortunadamente, el clima aragonés jugará a su favor con respecto a los corredores de otros países. “Ir centrado y vencer la prueba a nivel mental será el reto más complicado. De hecho, este tipo de pruebas no las gana el mejor preparado ni el más fuerte, sino quien presenta la mayor capacidad de adaptación a la situación”, advierte. Quienes consigan llegar a la línea de meta serán recibidos como auténticos héroes, con una corona de olivo y una copa de agua del río Evrotas, tal como se honraba a los ganadores olímpicos en la antigüedad.

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