montañismo

Pauner conquista el pico Lenin

El aragonés completa la ascensión en nueve horas con temperaturas de 25 bajo cero y rachas de viento de 50 kilómetros por hora. "Ha sido muy duro", admite.

La expedición 'El leopardo de las Nieves', con Carlos Pauner a la cabeza, ha logrado llegar al pico Lenin (7.134 metros) este domingo, tras 9 horas de "duro" ascenso.

Carlos Pauner ha ampliado este domingo su legendario palmarés alpino conquistando la cima del pico Lenin. El montañero aragonés alcanzó la cumbre de la primera de las cinco cimas que integran el ambicioso proyecto del ‘Leopardo de las Nieves’, que consiste en ascender las montañas más altas de la antigua Unión Soviética: el Khan Tengri, el Pobeda, el Korzhenevskaya, el Ismail Samani y el citado Lenin, el escogido por Pauner para iniciar el reto internacional.

Tras una subida final de más de nueve horas, Pauner y el también aragonés Andrés Vilalta llegaron al punto más alto del Lenin, de 7.134 metros, ubicado en la cordillera de Pamir, concretamente en los dominios fronterizos entre Tayikistán y Kirguistán. "Ha sido una ascensión muy larga. Hemos salido a las 3 de la mañana –hora local– y hemos regresado a las 7 de la tarde. Ha sido una paliza importante y, durante gran parte de la noche, hemos tenido dudas. Toda la noche ha estado soplando un viento de 50 kilómetros por hora y ha hecho un frío horroroso, cerca de 25 grados bajo cero. Hasta que no ha salido el sol y ha bajado el viento, no hemos podido calentarnos. Ha sido duro, un 7.000 que no le hace feos a ningún 8.000 metros", relataba Pauner ya de regreso en el campo 2 –a 6.100 metros–, donde pernoctaría antes de iniciar la vuelta hacia España, prevista para dentro de cinco o seis días.

La compleja climatología, con un frío y un viento extremo, han sido las grandes dificultades de una ascensión que Pauner califica como "larga y compleja". "Ha sido mucho más duro de lo esperado, también arrastraba problemas en la espalda por un absceso. He estado tomando casi 20 días antibióticos y eso te quita algo de fuerza. Lo cierto es que ha sido un esfuerzo titánico, pero ha merecido la pena", relata el aragonés, orgulloso de alcanzar la primera de las cinco cima del reto.

"Estoy muy contento porque hubo días de muy mal tiempo. A medida que avanzaban las jornadas, parecía que se nos escapaba un poco la posibilidad de hacer cima. Al final, el frío, el viento y la nieve nos han dado esta pequeña ventana y hemos subido bastante gente", explica Pauner que, además de con su colega el montisonese Vilalta, compartió expedición con "con rusos, polacos..." que llegaron a la cima "cuando parecía que no lo íbamos a lograr". Y lo desarrolla: "Teníamos los pies helados con tanto frío y tanto viento por la noche. Es un monte en el que nieva bastante. Y eso nos ha retenido mucho en el campo base. Además, es un monte muy largo. Es una ruta que va buscando la debilidad de la montaña, pero es muy larga. Ir al campo 1 fueron casi ocho horas. Y hoy han sido otras nueve horas en una arista muy larga. Más luego la bajada".

La jornada, dura y larga, terminó con Pauner con "dolores en la espalda" por la infección y "

"con hematomas en el dedo derecho", el que tiene amputado. "Tengo ganas de volver a Zaragoza, de volver a pasar calor después de una noche a 25 bajo cero y con viento de 50 kilómetros por hora. Quiero los 40 grados que habéis tenido esta semana allí", bromea desde la otra punta del mundo.

Pauner completó la primera de sus cinco ascensiones junto al también aragonés Andrés Vilalta, ya que su otro compañero –Raúl Martínez– tuvo que abandonar la expedición por motivos personales. "Andrés es un gran compañero, un chaval extraordinario. Es joven, pero se aclimata bien. Lo hemos pasado muy bien. Hemos hecho amistad con una médica valenciana –la que le ha tratado su infección en la espalda– y su marido. También con un amigo ecuatoriano, Santiago Quintero, con el que ya he hecho algún 8.000 y hemos compartido grupo y ascensión", señala.

Pauner iniciará en las próximas horas el descenso al campo base, con la intención de viajar el jueves 29 desde Osh, en Kirguistán, rumbo a Moscú. Allí, harán una escala de doce horas antes de viajar a Madrid. Un trayecto en autobús a Zaragoza será su última parada antes de regresar a casa con la ascensión al pico Lenin en la mochila.

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