fútbol

Koeman sigue con el aval de Messi y bajo el control de Jordi Cruyff

El Barcelona anuncia la continuidad del técnico holandés en una decisión que ayudaría a la continuidad del '10', pero con el hijo de Johan, también oficializado, vigilando el estilo.

Koeman saluda a Messi durante el clásico.
Koeman saluda a Messi durante el clásico.
Albert Egea/Reuters

Siempre quedará la duda de si Joan Laporta tenía algo parecido a un plan o si se ha lanzado a una improvisación total con la seguridad que le otorga su carácter positivo. Sus actos de esta semana no tienen nada que ver con sus palabras de hace quince días, pero lo cierto es que poco a poco el Barça 2021-2022 va cogiendo cuerpo. El lunes presentó al delantero Sergio 'Kun' Agüero, el martes fue el turno del central Eric García, los dos libres desde el Manchester City, y el miércoles anunció al lateral derecho Emerson, por quien pagará nueve millones al Betis según estaba fijado en el contrato de copropiedad compartida firmado en su día. Y a la espera del centrocampista Wijnaldum y del atacante Memphis Depay, libres también en el Liverpool y el Lyon, respectivamente, este jueves llegó Jordi Cruyff como enlace del club con el cuerpo técnico, liderado definitivamente por Ronald Koeman, también ya oficial.

La jornada comenzó con el regreso del apellido Cruyff al Camp Nou 25 años después. En 1996, Jordi, exdelantero de 47 años, disputó su última temporada en el primer equipo azulgrana, la misma en la que su padre, el mítico Johan Cruyff, dejó de ser entrenador. Joan Laporta siempre ha presumido de su 'cruyffismo', asesorado en la sombra por el holandés en su anterior etapa en la presidencia. Con Johan fallecido, estaba cantada la apuesta por su hijo, especialmente cuando le hizo ver durante la campaña electoral que se planteara lo de ir con Víctor Font porque iba a ganar él. Su asesoría a Laporta será oficial. Hombre de fútbol, tiene experiencias curiosas como director deportivo en Chipre (AEK Larnaca) e Israel (Maccabi Tel Aviv) y como entrenador en el propio Maccabi, en el Chongqing Lifan de China, en la selección de Ecuador (muy breve) y en el Shenzhen chino, que le ha permitido romper su contrato para incorporarse al Barça el 1 de agosto.

No será director deportivo, que para eso llegó Mateu Alemany, ni secretario técnico, pues sigue Ramon Planes. Será el guardián del estilo, el encargado, entre otras cosas, de que Ronald Koeman no se desvíe demasiado del 4-3-3 y de la filosofía del toque y del fútbol ofensivo. «Es un orgullo para mí volver 25 años después, estoy muy ilusionado y motivado», proclamó Jordi Cruyff.

Y por la tarde se acabó el suspense alrededor de Koeman. Si hace unos días Laporta admitió que se habían dado «15 días de reflexión» porque estaban «buscando entrenador», mientras que el técnico confesaba su malestar por el trato, finalmente se alcanzó un acuerdo. Se intuye que el holandés no perdonó los 13 millones que le correspondían, entre unas cláusulas y otras, y que la complicada economía actual del club aconsejó la continuidad. Se interpreta que Leo Messi, antes de una renovación que ya se da por segura, avisó que mejor con Koeman que, por ejemplo, con Xavi, quien tiene ganas de comenzar de cero sin viejos compañeros. Koeman seguirá, por lo tanto, con el año que tenía firmado hasta 2022 y, si cumple con los objetivos, podría ampliar hasta 2023.

Con tantas incorporaciones, y tras la crítica que hizo Koeman al nivel de la plantilla, el misterio son las salidas (Umtiti, Sergi Roberto, Pjanic, Coutinho, Braithwaite, Junior...), pues ya se sabe que cuando se cobra muy por encima de lo que es normal en el mercado, nadie quiere moverse.

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