José Antonio Mayoral: "Lo más importante en el atletismo no son los resultados, sino la ilusión"

El bilbilitano, comandante en la Academia de Logística de Calatayud, ha vuelto a correr en 2017 tras 28 años de vacío. En 2020 ha logrado varios récords.

José Antonio Mayoral, en la Academia Logística de Calatayud.
José Antonio Mayoral, en la Academia Logística de Calatayud.
MACIPE

José Antonio Mayoral (1965, Zaragoza) se desvinculó del atletismo de competición durante 28 años hasta que en 2017 volvió a citas nacionales e internacionales. Ahora, el comandante en la Academia de Logística de Calatayud y miembro del equipo Atletismo Calatayud, ha conseguido en 2020 las mejores marcas de España en 400 y 800 metros en la categoría máster 55.

¿Cómo le picó el gusanillo del atletismo?

Arturo Cutillas, mi profesor de Educación Física en el Colegio Santo Domingo de Silos de Zaragoza y posteriormente mi padre deportivo, preguntó en clase quién estaba interesado en realizar una prueba para formar parte del equipo de atletismo y me apunté. Lo curioso es que aunque ese día corrí mal, me dijo que quería contar conmigo.

¿Qué lección extrajo de aquello?

Aprendí que el resultado de una sola prueba es ambiguo y que, sobre todo a edades tempranas, no debe ser el único parámetro para determinar el futuro rendimiento del atleta.

¿Y qué le motivó a seguir?

Un entorno sano, buenos amigos y disfrutar de cada entrenamiento. Vivir momentos con gente muy entrañable. En 1980 fui subcampeón de España Escolar en 3.000. Ese año ingresé en el Instituto Politécnico 2 del Ejército, forme parte del equipo de atletismo y casi conseguimos clasificarnos para la final del Campeonato de España Escolar.

En 1983 bate los récords de 800 y 1.500 de la Academia de Suboficiales, pero deja la competición al poco tiempo.

Ese año ingresé en la Academia General Básica de Suboficiales y me centré en mis estudios militares. Me vi obligado a desvincularme del atletismo de competición, ya que ambas cosas no eran compatibles. He continuado corriendo con cierta regularidad, pero sin competir.

Sin embargo, retoma la competición en 2015. ¿Por qué?

Desde hacía unos años había ido intensificando el ritmo de los entrenamientos y me inscribí en la Agrupación Deportiva Jalón. El regreso no fue fácil por las lesiones: mi cabeza corría más deprisa que mi cuerpo. En 2015 todo cambió cuando comenzó a entrenarme Luis Javier Alonso, amigo de la infancia y uno de los mejores atletas de la historia de Aragón.

¿Cómo fue esa transición también en la parte mental?

Retomarlo fue ilusionante. La vuelta a la competición se basó en una planificación muy personalizada y progresiva, con objetivos realistas adaptados a la edad y un plan nutricional diseñado por mi hija Raquel, que se está especializando en Nutrición Deportiva. Además, los cambios normativos en las Fuerzas Armadas, que han valorado el esfuerzo en el ámbito deportivo, también lo han facilitado.

¿Qué ha significado para usted tener las mejores marcas nacionales en 400 y 800 metros?

Mucha satisfacción personal y la sensación de que el esfuerzo realizado durante estos años, tanto por mí como por mi familia, ha merecido la pena. El atletismo también me ha permitido conocer a grandes personas, como es el caso de Juan Calderón, empresario y atleta de Calatayud que falleció en enero y al que mandó un fuerte abrazo allí donde esté.

¿Conserva la ilusión del primer día?

¡No, tengo incluso más! (ríe). Si te motiva lo que haces y disfrutas cada día de los entrenamientos, es sencillo. Es cuestión de pasión, no de resultados o de títulos. Mi idea, si el cuerpo lo permite, es continuar al nivel actual un par de años más e incluso me he planteado participar en un Campeonato Europeo o Mundial de pista. Sería un bonito final para mi carrera deportiva.

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