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Alberto Val: "Es más rentable ser policía local que jugador de balonmano"

El aragonés, exjugador internacional de balonmano, ha dejado el balonmano para ser para ser policía local en Binéfar.

Alberto Val, exjugador internacional de balonmano.
Alberto Val, exjugador internacional de balonmano.
Verónica Lacasa

Alberto Val Sancho, pivote de 208 centímetros, internacional en todas las categorías del equipo nacional español, acaba de colgar las zapatillas para entregarse a su nueva profesión: policía local en Binéfar.

¿Ya han encontrado pantalones de su talla...?

Sí, ya tengo la indumentaria de policía local en Binéfar. Ha llegado el pantalón y me queda bien. Encontrar calzado tampoco era sencillo: calzo un 49 y medio.

Cualquiera se mete con usted...

Ya sabe que soy hombre de paz. Y de orden. Siempre me gustó la seriedad.

El caso es que un pivote internacional abandona el balonmano tras 16 años en la élite para ser policía local...

Así es.

¿Por qué lo ha hecho?

Sencillamente, porque ya voy teniendo una edad, ya estoy casado, pienso en mi futuro y es más rentable ser policía local que jugador de balonmano.

Se puede decir más alto, pero no más claro...

Así lo siento y así lo digo. Hace dos años, cuando yo tenía 31 años, me puse a preparar la oposición. Además, tengo familiares relacionados con la policía local y me gusta mi nuevo trabajo.

¿Fue difícil la oposición?

Nadie regala nada, igual en la pista de balonmano que en todos los órdenes de la vida. Éramos 80 aspirantes y solo había tres plazas. Desde luego, he tenido que prepararme a fondo.

Su caso, en cierto modo, refleja la realidad del balonmano profesional en España.

La crisis de hace unos años la acusó el balonmano. Yo no me quejo. He ganado dinero, pero también me han dejado mucho a deber. No es el caso de mi último club, el Huesca, que nos pagaba puntualmente. Eso también me gustaría decirlo.

Dicho queda. Su historia, curiosamente, comenzó y finalizó con el Barça.

Comenzar lo que es comenzar, en Casetas. Soy de Casetas y mi gente es de Casetas. Allí empecé a jugar a balonmano a los seis años. Con 14 años ya medía dos metros. Me llamó la selección aragonesa y luego la española. El Barça se fijó en mí en una concentración del equipo nacional que tuvimos en Pontevedra. Me fui a Barcelona con 14 años.

Eso es jugársela...

En Barcelona ya estudié 4º de la ESO. Jugaba en los cadetes. Valero Rivera me subió pronto al primer equipo, con solo 17 años. Recuerdo que debuté en la pista del Portland San Antonio de Pamplona. También vine un año cedido al CAI Aragón con Kosovac.

Pero se hizo jugador con Manolo Laguna.

Fueron cuatro años muy buenos en Torrevieja, jugando minutos, asumiendo responsabilidades. Regresé al CAI con Mariano Ortega. Incluso jugamos una semifinal europea con el Flensburg alemán. Después gané la Liga y la Copa de Rumanía con el Constanza, y Talant Dujshebáev me fichó para el Atlético de Madrid.

Desapareció el Atlético...

Eso es. Vine otra vez al BM Aragón y me fui a Qatar después. Y regresé de nuevo al BM Aragón, ahora ya con Demetrio Lozano.

Y Acón como presidente.

Fue un año increíble. Apenas hicimos cuatro puntos en la primera vuelta y, solo con dos retoques, nos salvamos ganándolo todo en la segunda.

Dos retoques de lujo (Julio Rodríguez y Álvaro Ferrer) y el cariño del inefable Eduardo Acón...

Estábamos hundidos en diciembre y tuvimos fe hasta el final. Es la remontada de mi vida. En la segunda vuelta nos ganó el Barça y muy poquitos más. Hice un gran año y me fichó el Logroño para jugar la Champions.

Su última etapa ha sido Huesca.

Les estoy muy agradecido. Gente seria. Estoy convencido de que nos vamos a salvar en la Asobal.

Perdón, Huesca es la penúltima, de momento...

Así es. Ahora duermo en Monzón y lo doy todo como policía local en Binéfar...

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