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Alocén, una luz en el ventanazo

El joven base abandera la irrupción de jugadores del Casademont Zaragoza en la selección española 

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Carlos Alocén intenta penetrar en la defensa polaca.
Guillermo Mestre

Ventanazo polaco. AJ Slaughter, el polaco de Kentucky, alteró el guión, la epopeya acaramelada de la selección española. Estaba tan contento hablando para la televisión polaca ¡en inglés! a la conclusión del careo... Sus 26 puntos arruinaron a una España que es humana sin las estrellas de la NBA ni de la Euroliga. Hay que conocerse la normativa legal FIBA. La nacionalización de AJ Slaughter en 2015 ha robustecido el juego exterior de Polonia. Por dentro, Aaron Cel hizo el resto (17 puntos). Por cierto, Cel es francés nacido en Orleans... España cayó porque tiró con malos porcentajes y sobre todo porque extravió 23 balones, pero que conste que a Polonia la elevaron Slaughter y Cel...

Las ‘ventanas’, esto es, las fases clasificatorias en este caso para el Europeo de 2021, reunían un significado añadido para la afición zaragozana. A la trascendencia numérica del resultado, que la tiene pues del grupo de cuatro selecciones se clasifican tres, había que agregar la presencia de tres jugadores del Casademont: Carlos Alocén, Rodrigo San Miguel y Jonathan Barreiro. Además, era el primer partido en suelo español de la vigente campeona del mundo tras la consecución del cetro universal ante Argentina en China. Y también, el estreno de sus dos estrellas en la camiseta roja español, las dos luces que equivalen a sus títulos mundiales. Un minuto de silencio en memoria de Kobe Bryant y David Stern aportó más solemnidad si cabe al acto, ceremonia tratada con esmero al acortar los 60 segundos a 24: el mismo número que lucía Kobe Bryant en la preciosa camiseta de los Lakers.

Carlos Alocén fue el base titular y firmó la primera canasta de la reunión. Encarna tantas cosas Alocén... Ante todo, el regreso de la cantera aragonesa a la élite nacional, esto es, a la élite mundial. Rodrigo San Miguel también se inicio en la cantera zaragozana, pero tuvo que marcharse del iniciático nuevo CAI Zaragoza para desarrollarse como jugador, en una carrera curradísima que se ha visto recompensada en su crepúsculo como jugador con la presencia en el equipo nacional. Jonathan Barreiro, que tan elevados dividendos le está ofreciendo al Casademont, es un jugador gallego formado en la base del Real Madrid. Defiende la camiseta aragonesa y española con toda su alma, pero su trayectoria es esa y no otra. Por tanto, desde que ingresó en las categoría inferiores hasta su reciente explosión, Alocén porta la bandera del Casademont Zaragoza.

Su ingreso en la selección española absoluta nos remite también al extraordinario impacto que Zaragoza tuvo antaño en el equipo nacional. La España de Antonio Díaz Miguel, que abandonó las carreteras secundarias para ponerse en la ‘pole position’ del baloncesto mundial en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984, siempre estuvo sazonada por valientes de ese club indomable que fue del CBZ. Hasta su extinción a mediados de los 90, hubo zaragozanos a puñados en la selección española. Que España eligiera Zaragoza como sede en el Mundial 1986 tuvo poco de aleatorio. Más o menos tanto como Díaz Miguel estaba más en Zaragoza que en Madrid. La influencia de ejecutivos como José Luis Rubio era evidente. La puerta que abrió Fernando Arcega también la atravesaron Paco Zapata, José Ángel Arcega, Santi Aldama, Alberto Angulo, Lucio Angulo... Y también Quique Andreu, que no se formó pero sí se hizo jugador en Zaragoza. Nunca jamás un club de élite aragonés reunió tanto internacional absoluto en un equipo nacional de jerarquía mundial como desde hace casi 40 años es España. Nunca jamás Zaragoza pintó tanto en élite.

Marcador de ayer al margen, cuestionar la entidad de Carlos Alocén por los números que destiló ayer su actuación es sencillamente absurdo. Estamos ante un proyecto de extraordinario jugador seguido desde hace tiempo por la NBA. La trayectoria de Rodrigo San Miguel es ejemplar, y Barreiro se deja la vida todos los días. Pero Alocén invita a rebobinar en ese tiempo maravilloso en que la selección española se cocinaba en Zaragoza. Ya lo ha firmado el Real Madrid. Vamos a disfrutarlo lo que nos queda en Zaragoza. Él es y será nuestra luz. También en el día en que los polacos nos abrieron los ojos con un ventanazo en las narices...

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