Nadal gana a Tsonga y ya está en semifinales en París

El español sufre ante el francés, pero saca adelante el encuentro y se planta en semifinales del Masters 1.000 de París-Bercy donde se medirá al canadiense Denis Shapovalov.

Nadal, tras el partido
Nadal, tras el partido
CHRISTIAN HARTMANN

Una de las capacidades innatas que posee el tenis es la posibilidad de escapar de cualquier situación. Sea como sea. Hay deportes en los que el tiempo se agota, en los que los golpes son limitados o las oportunidades únicas. Un partido de fútbol siempre durará algo más de 90 minutos. Un partido de baloncesto 40 o 48 si es NBA. El tenis siempre permite una vía de escape, nunca se acaba el tiempo, siempre queda un resquicio. Su mejor ejemplo es Rafael Nadal.

Su metodología de aguantar y creer en el último golpe le permite ser consciente y creerse que puede escapar de cualquier situación, que ante cualquier obstáculo siempre tendrá una salvaguarda.

Un rayo de esperanza que para él será el fruto de la constancia y que para su rival será un jarro de agua fría, que terminará inclinando el encuentro a favor del balear. Este jueves, en París-Bercy el jarro le cayó al jugador local, a un Jo-Wilfried Tsonga que resistió un set, que tuvo a Nadal contra las cuerdas, pero que cedió en un desempate mortal para sus intereses (7-6 (4) y 6-1).

Porque Nadal siempre escapa. Ni siquiera en su superficie más desfavorable, con el público en contra y un jugador entonado al otro lado de la red se le puede dar por vencido.

Tsonga no se confió. Conoce a Nadal como la palma de su mano. Se han enfrentado en catorce ocasiones, la más reciente en Wimbledon, y el francés sabe de la resiliencia del español. Su comienzo prometedor al servicio era contrarrestado por el de Nadal, que como lleva haciendo todo el torneo forma estragos con su saque de zurdo. Daña el revés en un lado y engaña desde el otro, mientras que el galo es potencia pura. Valentía. Un Muhammad Ali con raqueta.

Si Nadal quería sacar bien, él lo haría mejor. Así llegaron con 23 y 24 puntos ganados al saque al desempate del primer set. Con porcentajes altísimos. Sin regalar nada. Incluso Tsonga parecía haber estado un paso por delante, alentado por su gente y por un Sergi Bruguera que ejercía en la grada como su entrenador y como capitán de Nadal en la Copa Davis. Extraña situación.

Más lo sería cuando al francés se le traspapeló el guion en el desempate. Se encontró con un 'passing' genial de Nadal en el segundo punto y, pese a un par de regalos en forma de caña y doble falta por parte del de Manacor, el galo siempre fue por detrás. Dejó de creer en sí mismo. Se había vaciado. No físicamente, puesto que eso le sobra, pero sí de confianza. Había gastado todo ápice de esperanza en pos de un desempate que parecía dar por perdido desde el principio, como si supiera que en un momento de necesidad Nadal sacaría la salvaguarda y cerraría su camino.

Y así lo hizo. La conquista del primer parcial desencadenó la caída sin freno del de Le Mans. Se evaporó bajo el techo parisino y sucumbió ante el que el próximo lunes será número uno del mundo.

Ahora, Denis Shapovalov será el rival en semifinales de Nadal. El canadiense eliminó las opciones de estar en la Copa de Maestros del francés Gael Monfils y se medirá por tercera vez al manacorense. La otra semifinal la dirimirán Novak Djokovic y Grigor Dimitrov. En caso de ganar Nadal y perder Djokovic, el español retendrá el número uno hasta el año que viene.

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