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Biatlón, entrenar en verano para competir en invierno

El equipo de biatlón del Stadium Casablanca se prepara para la temporada de nieve y el Club de Tiro Zaragoza se convierte en su segundo hogar. Tutelando a los deportistas, Ángel Giménez, toda una referencia en el tiro olímpico.

Víctor Lobo dibujó la huella hacia los Juegos de Invierno en una disciplina, el biatlón, que combina el esquí de fondo y el tiro con rifle, que apuntó a la diana de las ilusiones. El laureado deportista del Stadium Casablanca hizo historia para Aragón en Sochi 2014, bajo la atenta mirada de un hombre, Ángel Giménez, que convirtió en cuatro años a un atleta, que lo había ganado todo en el triatlón blanco, en olímpico (y el profesor se sacaba la espina). Un lustro después, el maestro, que representó a España en varios campeonatos del Mundo y Europa de tiro, pero que nunca participó en la magna cita (tuvo opción en Seúl 1988 y Barcelona 1992), sigue impartiendo sabiduría para que sus alumnos lleguen "a lo más alto posible". El zaragozano, de 71 años, traslada su experiencia y su pasión a siete deportistas que componen el equipo de biatlón del Stadium, que empezó a tomar cuerpo en 2011. El posterior acuerdo de colaboración de la entidad con el Club de Tiro Zaragoza ha enriquecido la sociedad. "De lo que me vanaglorio es que he conseguido que todos sean una piña", resalta Giménez, 175 veces internacional, técnico nacional de tiro y biatlón.

Entrenar en verano para competir en invierno. Es el sino del deportista que se adentra en el biatlón. "Preparación física y puntería; no hay trucos que valgan", subraya Giménez, sobre la doctrina que reina entre unos alumnos. De junio a septiembre, sus pupilos combinan atletismo, bicicleta, natación, gimnasio y, sobre todo, los rollerskis -patines con ruedas, valioso método de e los esquiadores de fondo durante la época estival-. Y ponen todo su empeño en conocer el manejo de una carabina y aprender a disparar con la máxima precisión a una diana colocada a 50 metros.

"Tiene mucho mérito porque el biatlón es el gran desconocido. No hay proyección en los medios de comunicación ni tampoco lo cuida la Federación (Española de Deportes de Invierno) desde el punto de vista económico y competitivo -lamenta Giménez-. En cualquier país con nieve, es el deporte número uno: Austria, Francia, Italia…, es impresionante asistir a una prueba donde hasta 40.000 personas para ver una carrera". No solo es el sentirse extraños dentro de un estamento federativo, sino también la "limitación" para encontrar un entorno para iniciarse en el manejo de las armas y prepararse a fondo.

Ángel Giménez: "El biatlón es el gran desconocido. No hay proyección en los medios ni tampoco lo cuida la Federación"

En la capital, el Club de Tiro Zaragoza es "media vida" para los biatletas. "La unión es buena porque nosotros también promovemos la práctica deportiva y, sobre todo, el tiro, que es el más antiguo. Un equipo de biatlón sin un lugar de entrenamiento no tendría sentido", apunta Pedro José Tejero Domínguez, presidente de la entidad, fundada en 1948 y que cuenta con 35 puestos de tiro (20 de ellos colocados a 50 metros). Más difícil resulta la puesta a punto cuando se acerca la estación fría. "Aquí solo tenemos el campo de tiro de Candanchú en invierno, la única estación de altura en España preparada para poder practicar biatlón. Con 29 puestos. Un lujo en el Pirineo, pero al que no puedes acceder. Nuestros medios son limitados", critica el mítico entrenador.

"Constancia y positivismo"

El equipo del Stadium Casablanca supera todos los obstáculos con una "buena dosis de constancia". Ángel Giménez se aplica en la metodología: "Hablas de armas, de carabinas, y la gente lo ve un problema. No. Una persona no aprende a disparar en tres días, porque hay que enseñarle de verdad: la seguridad y la garantía de que va a hacer un buen uso del arma". Y mucho "positivismo". "Siempre digo que mis chicos son lo mejor que hay. Y es opinión de entrenador: para mí son muy buenos. Son deportistas amateurs y profesionales en la vida, con sus carreras universitarias de primer nivel. Aquí hay químicos, geólogos, ingenieros..., con premios especiales. Valoro la valentía que tienen de compaginar estudios y deporte", completa.

Pablo Turón y Elena Pérez, del equipo de biatlón del Stadium Casablanca, en el Club de Tiro Zaragoza

Equipo biatlón del Stadium

El entrenador nacional en tiro y biatlón Ángel Giménez está al frente del grupo formado por: Elena Perez Pueyo, Jorge Pablo Hernández, Manuel Pérez Pueyo, José Miguel Pérez Tablado, Jorge Sicilia Til, Héctor Soria Carrera y Pablo José Turón Mallor.

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De lunes a viernes, y en horario "a la carta", acuden al Club de Tiro Zaragoza los aplicados alumnos portando su maletín de trabajo. Una carabina preparada con elevamiras y arneses para cargarla en plan ‘mochila’. En competición, el arma no debe tener un peso inferior a 3,5 kilos. "Normalmente son de fabricación alemana o rusa, y puede llegar a valer unos 4.500 euros. A eso se suma que necesitas munición para entrenar -la caja de 50 balas supone 5 euros, 20 la de uso en campeonatos-. Y los desplazamientos... El coste es elevado", detalla Pedro Turón, considerado uno de los talentos con mayor proyección de Aragón.

El hijarano, de 23 años, sigue la estela de Víctor Lobo, alimentando el sueño olímpico. Hace una década que dio su primer disparo. «No me gustó», reconoce. Pero su "desconocimiento" del biatlón dio paso a un "entusiasmo" que ha sabido aplicar incluso a su día a día. "Cuando profundizas ves que es un deporte muy mental, te ayuda a concentrarte en la vida y en los estudios. A mí me ha venido bien", explica Turón, con un destacado palmarés nacional (oro en biatlón sprint en categoría jóvenes y júnior, quinto absoluto) e internacional (finisher en la histórica Öppet Spar sueca de 90 km). Su currículum le ha permitido participar en concentraciones de la Federación Internacional de Biatlón (IBU siglas en inglés): en Eslovenia, en 2017, y en Croacia, su próximo destino en septiembre.

A su lado, Elena Pérez Pueyo de 21 años, "enganchada" al equipo por su hermano Manuel. "La única arma que había cogido era la de la tómbola. Primero empecé con la pistola de aire comprimido a competir y con 18 me saque la licencia. Esta es la tercera campaña que llevo en biatlón", relata la campeona de España de biatlón cross en 2017. Correr con los esquís, parar, quitarte el fusil, efectuar cinco disparos de pie a una diana de 11,5 centímetros de diámetro, correr, tumbarte, mirar al blanco estático (de 4,5 cm), apuntar... ¿Qué es lo más difícil? "Entrenar la técnica y controlar las pulsaciones. A 180, acertar es casi un milagro", concluye.

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