Jenifer Aroca, la superheroína de las pesas

"Me gusta tener mi sello. Ser diferente", asegura con convicción Jenifer Aroca. La levantadora de 27 años no quiere hundirse en el fango de la homogeneidad. Tras iniciarse hace apenas tres años en el mundo de la halterofilia, esta conquense afincada en Zaragoza logró el pasado fin de semana tres medallas de plata en el XXVI Campeonato de España absoluto. En la categoría de 69 kilos, alzó hacia el techo del polideportivo de Culleredo (La Coruña) pesos que le valieron tres metales: 70 kilos en arrancada, 90 en dos tiempos y 160 kilos en el total olímpico. Lo hizo con un maillot que ya ha vestido en anteriores ocasiones: el que porta la superheroína Wonder Woman, la ‘mujer maravilla’ creada por la editorial DC Comics.

Admite, entre risas, tener un lado algo friki. "Todo el mundo llevaba el mismo maillot y a mí eso no me gusta. Y como no había nada que lo prohibiera", cuenta. Se la podría considerar la traslación en carne y hueso de Wonder Woman: una mujer aguerrida, valiente, fuerte... y completamente independiente de las opiniones ajenas. "Me gustan las mujeres fuertes en todos los sentidos –afirma–. No me daba miedo a que me tacharan de poco femenina, por ejemplo. Eso simplemente es lo que dice la sociedad, que dicta que hay que ser de una determinada manera. Yo no lo veo así. Creo que tengo la personalidad adecuada para eso no me influya", considera Jenifer.

Dedica una parte muy importante de su tiempo a su deporte favorito, que combina con la práctica de ‘crossfit’. Además, imparte clases de ambas disciplinas. Compite con el club Amigos de la Halterofilia (AH), aunque entrena en Helios. Sus sesiones de trabajo abarcan casi los siete días de la semana. "Si quieres algo, creo que tienes que obsesionarte un poco", opina.

Al comienzo de su idilio con la halterofilia, a su familia le parecía excesivo el tiempo que le dedicaba. Ahora, parecen haberse acostumbrado y desean su felicidad, con las pesas como reconocida fuente de alegrías. La tenacidad y la constancia que exhibe alejan su aventura de cualquier relación con un capricho o impulso poco meditado, más ligado a etapas adolescentes.

Jenifer es una mujer que lucha por lo que quiere y consigue lo que propone, como se desprende de su baño en plata en La Coruña. Que sacrifica "muchas cosas", como salidas nocturnas, para alcanzar el éxito en un deporte que le acaba de aportar una gran inyección de moral.

Ahora, su deseo pasa por que el público vea los puntos positivos de un deporte que se suele atribuir como muy estereotipado (masculino) y básico. "Ven como algo sin sentido levantar peso; no saben apreciar qué es lo que nos hace seguir yendo día a día a entrenar", dice. La halterófila afincada en Zaragoza, que no le atribuye demasiada importancia a la mejora física, incita a mirar con otros ojos el deporte que ha popularizado en España la medallista olímpica Lydia Valentín. "Hay mucho detrás de la barra: esfuerzo, superación, mejora personal, etc.", narra.

Y saca a relucir su carácter para animar a todas las niñas y adolescentes a pelear por practicar lo que ellas quieren. No necesariamente halterofilia. Simplemente, que la sociedad y las construcciones sociales no mediaticen su elección. "Cuanto más me dicen que ‘no’ a una cosa, más quiero hacerla", reconoce Jenifer.