Antonio Artal, un luchador de oro

Con 18 años, el zaragozano Antonio Artal ha confirmado su elevada progresión conquistando el campeonato de España de taekwondo, un hito que no lograba un aragonés desde 1977.

Antonio Artal, con la medalla de oro en el Nacional de Valladolid.
Antonio Artal, con la medalla de oro en el Nacional de Valladolid.
Heraldo.es

Con apenas 18 años, Antonio Artal derribó el pasado fin de semana una barrera prácticamente inabordable en el deporte aragonés. El zaragozano se proclamó campeón de España absoluto de taekwondo, un hito que nadie lograba en la comunidad desde Jesús Arroyo en 1977. Han pasado 41 años. A Antonio, convertido hoy en una de las realidades más firmes del taekwondo nacional, todavía le quedaban 23 inviernos para nacer.

El zaragozano se coló en los libros de historia en Valladolid, donde logró el oro en la categoría +87 kilogramos derrotando en la final al gallego Pablo Fernández, su compañero de entrenamientos en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, donde Antonio lleva becado desde septiembre del 2015. "Es cierto que llegaba en un buen momento de forma y mi objetivo era conseguir la medalla de oro. Iba como el cabeza de serie número tres, después de varias actuaciones positivas en los últimos meses. Sin embargo, con apenas 18 años, es difícil ser campeón de España. Por suerte, hice un buen campeonato y logré subir a lo más alto del pódium", relata orgulloso desde Madrid, donde compagina sus entrenamientos con el tramo final de 2º de Bahillerato –después, quiere estudiar INEF–.

Al oro de Antonio, la delegación aragonesa añadió la medalla de bronce de Borxa Sánchez, un éxito que habla de la buena salud de la que goza hoy por hoy el taekwondo aragonés. "Es un buen momento, desde luego. En Aragón es complicado que estemos varios en este nivel, en el que también se encuentra Adrián del Río, que el año pasado consiguió la medalla de plata y que también está trabajando en el Centro de Alto rendimiento de Madrid", valora Antonio.

Y, ¿cómo empezó Antonio en el taekwondo? "Mi primera aproximación fue con apenas cuatro años. Mi padre había practicado taekwondo y nos apuntó a mí, a mi hermano y a mi hermana al gimnasio Seúl, que nos caía cerca del colegio, en el Actur", rememora. "Algunos de mis primeros recuerdos son en el tatami y, cuando tenía diez años, surgió un grupo de competición y comencé a participar en algunos combates", agrega. Su estilo es "explosivo y veloz", al tiempo que destaca por su "buen intercambio de golpes en el pecho y en la cabeza". Ahora pesa 88 kilogramos y, al competir en la categoría de +87, pelea con más destreza que fuerza. Es, sin duda, una de las claves de su éxito.

El sueño olímpico

En 2013 fue campeón de España cadete y quinto en el Europeo de Bucarest. En su salto a la categoría Junior, ha enlazado un bronce, una plata y un oro nacionales, así como una participación en el Mundial de Canadá. Desde 2015 entrena cuatro horas diarias en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid y su progresión parece no tener techo. Su sueño es ambicioso, sin límites: representar a Aragón y a España en unos Juegos Olímpicos. "Hay que soñar en grande. Para Tokio 2020 quizá sea demasiado pronto porque necesito estar arriba en el ranking absoluto y hacen falta muchos puntos en competiciones internacionales absolutas. No es imposible, pero sí bastante complicado. Quizá París 2024 sea mi momento. Tendré 24 años y puedo llegar en mi punto de máxima madurez", señala con naturalidad el deportista aragonés.

En su horizonte más inmediato, tres citas donde seguir exhibiendo su sobresaliente momento de forma: el Open de Holanda, que se celebrará este próximo fin de semana en Eindhoven, el Open de España y el Europeo absoluto, programado en Kazán (Rusia) en mayo. "Son meses importantes de la temporada en los que quiero seguir en este nivel, asentándome entre los mejores", concluye el luchador aragonés de oro.

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