Cuando el deporte no entiende de barreras

Las Escuelas Adaptadas de Atades ofrecen numerosas actividades para acercar la normalización a las personas con discapacidad intelectual.

Normalización. Una palabra, un sustantivo, un objetivo tan ambicioso como algo distante aún para todas aquellas personas con discapacidad intelectual. Sin embargo, poco a poco se van dando pasos hacia adelante. Las Escuelas Adaptadas de Atades aportan día a día en Aragón su granito de arena para cerrar la brecha. Lo hacen por medio de una actividad que rara vez suele fallar su objetivo: el deporte.

"El ejercicio favorece su integración social y mejora su calidad de vida; se sienten capaces de hacer cosas. También les reporta, por supuesto, los beneficios físicos derivados de cada deporte: coordinación, habilidades motrices básicas... Abre su abanico de ofertas y les sirve para experimentar sensaciones nuevas", explica Sergio Fortado, coordinador de los programas deportivos de Atades. Desde la asociación esperan alcanzar con el paso del tiempo un objetivo harto gratificante: la inclusión. "Pretendemos que cualquier persona con diversidad funcional pueda entrenar o jugar en cualquier club de forma normalizada. O, al menos, que se cree un grupo específico", recalca Fortado.

Para estimular las inscripciones, los responsables de la asociación han suscrito en los últimos dos años convenios de colaboración con algunos de los agentes más destacados del panorama deportivo regional e, incluso, internacional. Pádel Zaragoza ha sido la entidad más reciente que ha optado por apoyar la causa. "Ellos se han acercado a nosotros y no al revés, como cabría suponer. Por eso, realizaremos las actividades en recintos públicos en lugar de tener que acudir a sus instalaciones", explica Fortado, pensando en las limitaciones.

Anteriormente, la Fundación Basket Zaragoza y la Fundación Real Madrid decidieron apostar por el poder inclusivo del deporte. "Nos proporcionan entradas si queremos ir a algún partido; también está previsto un entrenamiento en el Príncipe Felipe", asegura Fortado acerca del club rojillo. Las facilidades aportadas por las entidades que colaboran con Atades sirven para arropar a las decenas de chicas y chicos que acuden dos veces por semana a una de sus sedes, el Colegio San Martín de Porres de Zaragoza. Todos ellos disponen de sus equipaciones oficiales para completar los entrenamientos, las cuales portan con ilusión. La elástica del conjunto blanco se mimetizó en el año 2016 con los icónicos escenarios que tuvieron la ocasión de disfrutar por aquel entonces, en una excursión en la que visitaron la Ciudad Deportiva de Valdebebas y se sentaron en el banquillo del Santiago Bernabéu. "Salieron encantados de la visita; no tenían palabras", rememora Fortado.

El impulso integrador de Atades no se detiene ni mucho menos con estas actividades. Una nueva práctica se une cada mes a la agenda de sus Escuelas Deportivas: marcha nórdica, esgrima... El judo será el descubrimiento de este mes de febrero. "Nos lo pasamos muy bien y hacemos muchos amigos", explican con complicidad Jorge Casero y Chema Herrera, de 20 y 22 años. Ambos lo practicarán sobre el tatami al alcance de sus posibilidades, pero siempre con el deseo de aprender. Los estímulos desempeñan un papel importante. "Haremos una semana blanca en marzo en la estación de Candanchú. Intentaremos hacer esquí alpino", afirma Fortado. En el horizonte más cercano aparecen el béisbol o el hockey hierba. Nada se les resiste.

Además, también se llevan a cabo jornadas de abiertas que implican a las familias: un apoyo imprescindible para las personas con discapacidad intelectual. Sin ellas, y sin los voluntarios que supervisan las actividades, estas "no serían posible". Atades apunta al corazón de la diferencia.

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